© condiciones al final
INTRODUCCIÓN
Como ya he comentado en posts anteriores, para tener control sobre mis Regresiones a Vidas Pasadas tomé un curso en el que me enseñaron a tenerlas a voluntad (a poder “ver” lo que quisiera ver, sin importar el espacio o el tiempo), con ayuda de un operador (que haría el papel de psicoterapeuta); sólo que en esa escuela no aceptaban ni la reencarnación, ni las Regresiones a Vidas Pasadas, así que repetí el curso varias veces buscando a algún compañero que quisiera ayudarme. El segundo que encontré fue GV , quien me ayudó, haciéndome entrar en nivel alfa (relajación profunda) y haciéndome las preguntas que yo anteriormente había escrito, esta regresión fue muy diferente a la primera, porque en ésta empecé a hablar como platicando y el operador casi no me hizo preguntas.
Ver la primera regresión con un compañero graduado de este curso en:
https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2012/10/17/yo-fui-rasputin-regresion-a-mi-vida-pasada/
***
Después de otra regresión donde averigüé el por qué del odio aparentemente inexplicable de alguien y que vi que se originó desde nuestro viaje desde Sirio, pedí ser guiada a Rasputín (ya había tenido otras dos regresiones a esa vida).
Para más datos sobre ese viaje desde Sirio, ver:
https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2013/12/01/vicisitudes-del-viaje-desde-las-estrellas/
FRAGMENTO DE UNA REGRESIÓN: MI ENCARNACIÓN COMO RASPUTÍN
NOTA: Esta regresión sí pudo ser grabada.
(…)
-Vi su cara, alargada, su pelo y barba negros y largos,
pero lo que más llamó mi atención fueron sus ojos,
parecían tener una luz interna (casi como los animales
cuando les da la luz en cierto ángulo). Lo (me) vi
vestido de negro.
«Estoy en mi casa, de madera, es pobre; mi hijo de
seis años acaba de morir y yo pierdo la cabeza, arrojo
sillas y otros objetos al suelo y la pared, estoy
enloquecido. Veo a mi mujer acurrucada en un rincón, con
más miedo por mi rabia que tristeza por la muerte del
niño… Hay nieve fuera.
No sé cuánto tiempo pasa, ya no hay nieve, voy caminando
muy triste y veo una luz y dentro de ella distingo una
figura femenina, es la Virgen, pero en lugar de su cara
veo un óvalo de luz blanca-azulosa y donde deberían estar
sus ojos, dos pequeñas luces doradas. Me dice que debo
caminar para cumplir con mi misión, pero no me dice cuál.
Salgo de mi pueblo y me dirijo hacia el suroeste.
En algún punto del camino, estando en un burdel (como
siempre que tengo algunas monedas), llegan varios
cazadores a avisar que a uno de ellos (Pietr) un oso casi
le arrancó la pierna izquierda. Salimos corriendo a
auxiliarlo y realmente esta muy mal, todos sabemos que
morirá pronto, pues se esta desangrando mucho.
Algo interno me dice que me acerque y coloque mi mano sobre su
sangrante herida (Imposición de manos), lo hago y en unos segundos
la sangre que estaba saliendo a chorros deja de fluir;
todos se asombran; pero yo más que ellos.
Pietr recobra el conocimiento y en pocos días está en
franca convalecencia; todos los días pongo mi mano sobre
la herida y así se va recuperando con una rapidez
pasmosa, hasta que le es posible caminar.
Desde el primer día vivo en su casa; cuando está totalmente
restablecido y yo le informo que seguiré mi viaje, me da
todas las monedas que tiene y provisiones para varios
días, además del agradecimiento, plegarias y bendiciones
de toda su familia y del pueblo en general.
Sigo el viaje (sólo veo mujeres y curaciones milagrosas
en una sucesión vertiginosa). No tengo una muy buena
opinión de ellas (en esta vida soy feminista, quizá para compensar),
pero me atraen y las necesito.
Nunca he forzado a ninguna, ellas me siguen y se me ofrecen; no
sólo las prostitutas, sino aun las señoras y señoritas
«decentes»; opino que todas las mujeres son unas perras
en busca de sexo; si lo pienso, me dan asco, pero como
cuando tengo una enfrente no puedo pensar… Todas se van
contentas, aunque al estar con ellas soy brusco y
agresivo. No se por qué, pero a veces siento un odio tan
fuerte como la atracción que ejercen sobre mí, pero el
sentimiento que prevalece es el desprecio, aunque no
podría vivir sin ellas.
Me veo en San Petersburgo, alguna vez curo a un
aristócrata y de esa manera entro en la corte. Acaban
por llevarme con la zarina, porque su hijo Alexei tiene
hemofilia y piensan que yo puedo curarlo.
A la primera hemorragia interna del niño me llaman y
acudo de inmediato, pongo mi mano sobre él y hago una
Oración… El niño se alivia. Desde entonces vivo en
el palacio de invierno o en el de verano, dependiendo de
donde se encuentra Alexei. Después me dan un departamento.
La zarina también me asedia, pero no quiero nada con
ella, prefiero respetarla, por eso me conviene vivir en otra parte.
Sé que no usé bien mi facultad de curar, pues esa energía
la usé muchas veces para satisfacer mis deseos
sensuales, hice el bien, hice mal (no mucho, porque nunca
forcé a nadie, solo les daba lo que me pedían, pero aún
así no aproveché la oportunidad…
(Después vi una vida en la que nací ciego y paralítico y
mi familia me dejo morir de hambre y frio a los 4 años).
Así como deje morir a Katia (eso fue en otra vida),
mi familia me dejo morir, y si en esa vida no pude
valerme por mi mismo, pues no veía ni podía caminar, en
la siguiente (como Rasputín) viajé mucho y tuve la
capacidad de curar enfermos. Mi madre nunca me amó en
esta vida (la del niño paralítico), ¿seria esa la razón de mi necesidad y mi odio
hacia las mujeres en la siguiente, como Rasputín,
en la cual me amaron infinidad de mujeres?, lástima que,
a veces, hice mal uso de los dones que me fueron otorgados.
INTERVIDAS ENTRE RASPUTÍN Y LA SIGUIENTE ENCARNACIÓN, LOS TÚNELES O LUGAR DE LOS MUERTOS
En esta regresión a esa encarnación entre la vida de Rasputín y la siguiente, fue cuando vi, como en una «Y» la entrada a dos túneles o grutas, el de la izquierda era una gruta oscura y con un tenue resplandor blanco azuloso, a la derecha había otra gruta con una luz dorada.
Me vi en el de la izquierda, que era frio y húmedo, además de oscuro y estaba yo colgado en un gancho de carnicero como vestido viejo hecho hilachos: era mi alma, deshilachada por mis pecados; estaba entre otras muchas.
Estuve mucho tiempo ahí, hacia frío, estaba oscuro y sentía mucha humedad.
Después de no sé cuánto tiempo, me solté del gancho y me encaminé hacia el otro túnel; para llegar a la entrada, tuve que dirigirme hacia adelante (la entrada) y luego doblar a mi izquierda, pero desde donde lo estaba viendo, era el túnel de la derecha; éste tenía a lo lejos una luz dorada y era seco y caliente.
SALA DEL JUICIO AL FINAL DE UNA VIDA
Después de un larguísimo camino por ese túnel, llegue al final; ahí se veía una roca como todo alrededor, pero de la cual provenía la luz dorada; en cuanto llegue ahí se abrió la roca como si fuera puerta y me encontré en una como sala de juntas, pero de estilo medieval: una mesa enorme y pesada, tal vez de roble y 26 sillas también de esa madera, muy pesadas y antiguas.
En la cabecera estaba una mujer con ropas como las de las figuras de la Virgen (de ella salía la luz); en las doce sillas de cada lado había sentados 24 hombres con hábitos como de monjes (cafés y de tela burda), todos estaban encapuchados y con la cabeza baja; sólo pude ver la barba gris de 2 ó 3 de ellos.
Entré porque estaban revisando mi caso, todos tenían muchos papeles en las manos. La mayoría (21)
decían que ya había yo pagado todo, pero los tres que estaban junto a mi, de mi lado izquierdo (yo estaba en la otra cabecera), decían que aún tenia yo algo que pagar. al fin se pusieron de acuerdo y me enviaron de nuevo a la vida terrenal.
Este último fragmento ya lo publiqué en otra regresión a la vida de Rasputín, en:
https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2014/05/29/rasputin-regresion-bajo-hipnosis/
Allá incluyo mi conclusión (muy amplia) de que entre una vida y otra aún debe uno de seguir pagando karmas. Parece que el alma va a uno de dos túneles; uno azul a la izquierda y otro dorado a la derecha, aunque alguna vez los he visto al revés.
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Imágenes tomadas de internet o de los enlaces relacionados
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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.
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Tú y Yo Siempre
foto Angel Sosa
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