CUENTO PARA NIÑOS QUE SON ADULTOS O VICEVERSA: “LA PRINCESA SERANDRA Y EL PRÍNCIPE VERDE” (todo parecido con la coincidencia es mera realidad)

CUENTO PARA NIÑOS QUE SON ADULTOS O VICEVERSA: “LA PRINCESA SERANDRA Y EL PRÍNCIPE VERDE” (todo parecido con la coincidencia es mera realidad)

“LA PRINCESA SERANDRA Y EL PRÍNCIPE VERDE”

(Todo parecido con la coincidencia es mera realidad)

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Hace mucho tiempo, en un país muy, muy lejano, llamado Ciu, habitaba la princesa Serandra. Ella vivía sola en una torre de mármol, un piso arriba del sótano y se pasaba las horas escribiéndole a su amado Príncipe Verde y recibiendo cartas de él, que le enviaba con una paloma mensajera, pero como Serandra vivía en el país de Ciu y Príncipe Verde en el país de Cali, la paloma no podía volar una distancia tan grande y además, los dos países eran enemigos, entonces Príncipe Verde había ideado, para su protección, que la paloma, llamada Messe, se montara en Fabo, una hermosa águila blanca, y fuera en su lomo casi todo el camino, hasta llegar cerca de la torre de mármol donde vivía la princesa Serandra, ahí aterrizaba y la paloma emprendía el vuelo hasta la ventana de la celda de Serandra.

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Y digo celda, porque la princesa no salía de sus habitaciones, no le gustaba salir, antes tenía el pretexto de que vivía hasta arriba de una torre muy alta, pero después de un sismo (en su país siempre había sismos) muy fuerte, en el que su torre se movía como péndulo, ella se asustó mucho, entonces se fue a una torre de mármol cercana, pero se quedó en las habitaciones justo encime del sótano, ahí hacía mucho frío y era muy húmedo, pero se sentía más segura.

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Regresando a la historia, la paloma Messe todos los días traía y llevaba los mensajes de los enamorados, hasta que un trágico día Príncipe Verde tuvo un accidente y murió, lo enterraron cerca de su castillo y su caballo, Bucéfalo2 (llamado así en honor al caballo de Alejandro Magno), se quedó junto a la tumba del Príncipe Verde hasta que murió de hambre y de sed.

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Desde ese trágico día en que su amado se fue al otro mundo, la princesa Serandra se encerró a piedra y lodo, si antes salía poco, ahora no lo hacía para nada, sólo le abría al edecán que le llevaba la comida y a quien hacía la limpieza.

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Ella seguía escribiendo misivas de amor a Príncipe Verde y la paloma fielmente se los llevaba, pero cada vez que Serandra le ponía el mensaje a Messe en la patita, la palomita movía tristemente su cabecita, lo mismo pasaba con Fabo, el águila, cuando llegaba la paloma, mensaje en pata para ir a llevarlo al príncipe fallecido.

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Lo que les extrañaba a ambas, era que cada día que llegaban con un mensaje nuevo, el anterior ya no estaba, había desaparecido.

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Lo que no sabían, era que a media noche, el espíritu de Príncipe Verde salía de su tumba, en un papel energético y con una pluma de energía, le escribía mensajes y poemas a su dulce amada y los enviaba con su mensajero especial (léase ángel). Éste, llamado Cel, llevaba las epístolas de amor a la triste Princesa Serandra.

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Ella lloraba mucho, no se consolaba por la pérdida de su amado Príncipe Verde, aunque éste le decía en sus misivas que ya no llorara, que saliera y dejara de estar tan triste. Que podría conocer a otro príncipe, rey o duque o hasta un plebeyo, pero que no siguiera tan sola. Sólo le advertía que se cuidara de los sapos, porque hay algunos que exudan veneno.

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Serandra trataba y trataba, pero no conseguía dejar de llorar, hasta que Príncipe Verde le dijo que si seguía así, le iba a dejar de escribir y ella dejó de llorar una semana, pero volvió a las andadas, así que Verde optó por no castigar, sino premiar, por lo que en su siguiente carta le propuso:

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“Mi amor, ya sabes que no me gusta saber que lloras tanto, así que te propongo algo, el día que no llores, te hago mínimo dos poemas y cuando llores ¡nada!, ya sabes que tengo mis informantes, así que por favor, bien portada”.

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Eso sí surtió efecto, pues Serandra pocas veces lloraba y casi todas las noches recibía como premio sus poemas de amor de parte de Verde.

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Con el tiempo, empezó a asomarse a la puerta, de vez en cuando y como ya no lloraba, sin los ojos hinchados, empezó a verse otra vez bonita.

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Verde seguía animándola a que saliera y siguiera con su vida.

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Un día Princesa Serandra recibió una visita, nada menos que el Príncipe de Blanca Nieves, que se había divorciado de ella porque le daban muchos celos llegar a su castillo y encontrarla cada día con nuevas joyas de piedras preciosas, que rubíes, que esmeraldas, lo que más lo enojaba, eran los diamantes, así que se divorció y como había oído hablar de una princesa encerrada en su torre de mármol, emprendió el viaje para conocerla.

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Serandra lo reconoció, había visto retratos de él con Blanca Nieves, sólo que ya no era tan apuesto, estaba todo arrugado y con cara de amargado, ella lo invitó a pasar y tomar una taza de té y todo el tiempo tuvo que escuchar sus quejas de lo que Blanca hacía o dejaba de hacer. En cuanto pudo lo despidió amablemente y no aceptó una nueva entrevista. ¡Ufff!

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Príncipe Verde se inquietó al saber de la visita, pero se sintió aliviado cuando supo el resultado.

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Las visitas de príncipes divorciados continuaron.

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Un buen día llegó el ex esposo de Cenicienta, andaba buscando una esposa que lo atendiera. Criticó la (no) limpieza de la habitación de Serandra, que su blusa no estuviera bien planchada, que las cortinas tuvieran polvo y… Serandra no lo dejó continuar, lo envió con su música a otra parte a buscarse una sirvienta con contrato de matrimonio. Más ¡Ufff! Con esos pretendientes, mejor sola…

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Mientras Príncipe Verde tenía sentimientos encontrados, quería que Princesa Serandra siguiera con su vida, pero cada vez que llegaba un pretendiente, hasta la respiración se le iba, hasta que se enteraba que no había pasado nada y que ella seguía pensando en él y sólo en él.

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Unos días más tarde, mientras ella le escribía un poema a su amado, tocaron a la puerta y era el ex marido de Bella Durmiente, bueno…¿es que ya todas se habían divorciado? ¿Y ahora le tocaban sólo viudos o divorciados?

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Este hombrecito, príncipe o lo que fuera lo primero que hizo fue preguntar:

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-¿Y duermes mucho?, ¿A qué hora te despiertas?

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Ya con menos paciencia y olvidando su educación de princesa, Serandra lo tomó del brazo y lo llevó hasta la puerta, sin explicación ninguna. Ahí vio a un sapo, lo espantó con la escoba.

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Esto ya se estaba poniendo color de hormiga ¡qué “principitos”!

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Pasó unas semanas tranquila, escribiéndole y haciéndole poemas a Príncipe Verde y recibiendo sus mensajes y poemas; ya estaba más sosegada y un día se animó a salir al huerto a cortar alguna fruta que se le antojara. Caminaba muy en paz por un sendero, cuando dio un grito de miedo.

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-No te espantes, soy yo, Bestia, el de Bella ¿me recuerdas? Fuiste a nuestra boda.

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Serandra respiró más tranquila -Sí, claro, perdona, no te reconocí ¿Cómo está Bella?

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Con una voz estentórea y muy enojado respondió:

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-¡Ni me la recuerdes! Es una niña bonita que sólo sabe estar frente al espejo, ¡con eso de que es tan bella!…

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Serandra dio un paso atrás, él iba a seguir gritando, pero ella dio media vuelta y corrió a encerrarse a su casa ¡qué cosas! ¿No había ningún hombre como su maravilloso Príncipe Verde?

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Se echó de bruces sobre su cama a llorar inconsolablemente, por horas y de pronto un pensamiento brotó en su mente ¿y si fuera a buscarlo? Príncipe Verde había vivido muy lejos, pero ella estaba dispuesta a ir a su tumba a pedirle que se la llevara consigo.

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La paloma, que aún no salía con el mensaje matutino se dio cuenta de los acontecimientos, se dirigió hacia el águila y las dos fueron volando al lugar donde reposaban los restos de Príncipe Verde, como todos los días que le llevaban mensajes; en realidad no sabían qué iban a hacer al llegar, pero “ya se les ocurriría algo”.

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Mientras tanto, Serandra, hecha un mar de lágrimas, empacó unas pocas cosas indispensables y por las prisas y el desconcierto, decidió saltar por la ventana orientada hacia el país de Cali, para no tener que rodear la torre. Las lágrimas no le permitían ver muy bien, los nervios y la exaltación no la dejaban pensar con claridad, saltó, su falda se atoró en un clavo y con el impulso, hizo que su cabeza golpeara contra el muro debajo de la ventana, justo en una piedra que sobresalía.

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Entretanto, el águila y la paloma ya habían llegado a la tumba de Príncipe Verde y caminando nerviosamente alrededor del sepulcro, mentalmente le comunicaron lo sucedido con Serandra; ante esa situación, el espíritu del príncipe salió de la sepultura, con toda la galanura de cuando estaba vivo, Bucéfalo2 se levantó y relinchó, acomodándose en posición para ser montado. Verde lo montó de un salto y partieron a galope hacia el país de Ciu, como no tenían cuerpo y eran sólo energía, llegaron de inmediato a la torre de Serandra, justo en el momento en que ella moría por el golpe en la cabeza y su espíritu, saliendo de su cuerpo, muy desorientado observaba a su alrededor.

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Cuando Príncipe Verde desmontó, ella lo descubrió y corrió hacia él, ambos se abrazaron, se besaron, el la alzó en vilo dando vueltas con ella en los brazos y luego la montó en Bucéfalo2, él montó atrás de ella y, con el águila y la paloma siguiéndolos por los aires, partieron a galope hacia…

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Nadie sabe, nadie supo jamás, hacia dónde se dirigieron, pero dice la leyenda que fueron muy felices para siempre. ¡Ah! Nadie habló de matrimonio, que conste.

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Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

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Ciudad de México, 1 de febrero, 2018, © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller. 8 pm.

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© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Puedes copiar y publicar este artículo, siempre y cuando incluyas el enlace al artículo, no lo uses con fines comerciales, no lo modifiques, no quites el © ni este último párrafo que le sigue, enlaces incluidos.

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Imágenes tomadas de internet y Pinterest.

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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.

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LA CASA NEGRA DE LA ROMA (LA CASA MONDRAGON)

LA CASA NEGRA DE LA ROMA (LA CASA MONDRAGON)

HALLOWEEN, ÉPOCA DE COMUNICACIÓN CON EL MÁS ALLÁ, VUELVO A PUBLICAR UN CUENTO DE TERROR DE DANSHAGGY, QUE HIZO PARA MÍ.

Amig@s, les presento un cuento escrito por Danshaggy Alv, que caballerosamente me ha regalado. Yo le había pedido ayuda en cuanto al segmento del terror, pero él se puso a hacer una investigación histórica muy exhaustiva (aunque aquí quedó resumida) de la Colonia Roma (una de las colonias más representativas de la Ciudad de México) y de la “Leyenda de la Casa Negra de la Roma”, que por cierto, dicen que es una de las 10 casas embrujadas más famosas de la Ciudad de México y que yo… bueno, mejor lean el cuento, yo tuve una cierta relación real con esa casa, léanlo, les va a interesar y gustar.

LA CASA NEGRA DE LA ROMA (LA CASA MONDRAGON)

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Agradezco a todos, y quiero presentar una historia que ha nacido de una leyenda urbana,“La Leyenda de la casa negra de la Roma”, pero al hacer investigación he podido completar con algunos hechos reales así como hechos históricos encontrados y que fueron relacionados dentro del relato, quedando como resultado esto que espero que sea de su agrado, Hechos Históricos, con una Leyenda Urbana y algo de imaginación Fantástica… con ustedes “LA CASA NEGRA DE LA ROMA”… O LA CASA MONDRAGON…

—–oozo—–

1736

En la Cd. De México, cuando la epidemia de Matlazahuatl se encontraba haciendo estragos en toda la capital del virreinato, el virrey, Don Juan Antonio Vizarrón y Eguiarreta, también Obispo de la CD. De México, ordenó al párroco del templo de Santa María que en el atrio colocara a los enfermos que eran sacados de la ciudad y que los atendieran, pero el párroco  del templo, por miedo, cerró los accesos de este lugar, quedando los enfermos fuera de los barrotes de las rejas del templo, contándose por miles los muertos por los dos años siguientes y eran enterrados clandestinamente en las áreas alejadas del templo, o quemados en “los campos de las garzas”así como en los terrenos un poco más al noreste de los potreros  de la condesa de Miravalle…

En 1738, una gitana que vivía en el asentamiento llamado la Romita, maldijo al sacerdote así como el lugar por siempre, por no demostrar compasión ante los enfermos que se estaban muriendo afuera, al grito de

“MALDITA SEA ESTA TIERRA Y DONDE NOS SEPULTEN, POR SIEMPRE Y QUE TU DIOS TE HAGA PAGAR POR ESTO… QUE LLORES POR LA ETERNIDAD NUESTRAS MUERTES… MALDITO SEAS”…

muriendo después de maldecirlo, quedando su cuerpo a los pies de el párroco de santa María… O al menos es lo que se cuenta, según las crónicas de la época.

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1995

Eran las 9:50am. Elizabeth, con una sonrisa disimulada, estampaba su firma en la segunda audiencia de divorcio de su esposo, Pedro Pablo.
Por fin estaba cerca de terminar con un matrimonio que sólo le había causado problemas en los últimos años, sabiendo que por estar con bienes mancomunados la mitad de todo le correspondía, así como la manutención para Jorge, su hijo.

Ella tenía planes de mudarse a la Cd. de México, ya que  su hermana vivía allá y sabía que tendría más oportunidad de trabajo en la capital que en Guadalajara, que era donde vivía actualmente.

La casa ya la habían puesto en venta así que esperaba resultados para disponer de ese dinero, y por lo pronto, viajaría a la capital, para juntarse con su familia e ir buscando una casa cerca de ellos por lo que se instaló en un hotel por la avenida Álvaro Obregón, en la colonia Roma.  Ya en la habitación, Elizabeth  dijo a Jorge que por la mañana comprarían el diario para ver si había algo cerca y pasarían con su familia más tarde para comer…

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1820

En la Cd. de México, durante las “conspiraciones de La Profesa” en la capital, varios congresistas y asistentes, así como algunos clérigos, fueron descubiertos y encarcelados, pero Miguel Bataller, Fray Mariano López de Bravo y Pimentel y José Bermúdez Zozaya, que intentaron escapar con ayuda de los habitantes de la hacienda de la condesa de Miravalle, se dirigían a ese lugar en una noche fría de Noviembre para ocultarse y poder dirigirse hacia el sur, con el general  Agustín de Iturbide, pero fueron descubiertos en el camino real de la hacienda de Miravalle, siendo detenidos por el ejército realista y después de encontrar documentos que les comprometían fueron llevados al camino de la piedad, rumbo a la Romita, siendo fusilados por orden del virrey, sus cuerpos fueron tirados en la orilla del camino…

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1995

Cerca de las 8:00 de la mañana, Jorge se acababa de levantar y quería desayunar, así que Elizabeth, le dijo que saldrían a  alguno de los restaurantes que había por la avenida Álvaro Obregón, en la col. Roma.

-Sirve que conocemos la zona, y mientras desayunamos reviso el diario en busca de algo por aquí.

Así lo hicieron, al salir del hotel caminaron por la ancha y vistosa avenida Álvaro Obregón y mientras platicaba con Jorge de cómo se sentía con los cambios, miraban los frentes de las casas y negocios que se encontraban en la avenida, llegando a la Avenida Insurgentes, ambos como atraídos por algo o alguien, voltearon a la esquina sur de la calle, y deteniéndose,  vieron una hermosa casa gemela que atrajo su atención,  pintada en bello color crema y con las vistas en ocre, resaltando el paisaje.  Cruzaron la Avenida Obregón acercándose a la casa, viendo  como una niña veía hacia la calle desde la ventana del el primer piso, Jorge impresionado sólo exclamo:

-Debe ser padrísimo vivir en una casa así, en medio de todo y con ese estilo, es preciosa…
Elizabeth, absorta en la mansión, respondió solamente

-Si, debe ser maravilloso… –  mientras recorría los detalles de la casa con la vista, deteniendo su mirada en la ventana del primer piso, vio a la niña que le veía y sonreía.

Se sentaron a desayunar en un restaurante casi en insurgentes y mientras lo hacían, ella veía los anuncios de las casas en venta; uno llamó su atención: “se vende, preciosa casa, dos pisos, ático y sótano, hermosa vista,  col. Roma, llamar a…” marcándola como opción para ver más adelante.

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1895

En uno de  los cafés de la zona del zócalo, lugar donde se reunían las familias más opulentas de la ciudad de México, se encontraban reunidos en una mesa los señores Edward Walter Orrín y Lewis Lamm, americanos avecindados en la Cd. De México,  quienes entre otros vecinos de las  opulentas familias, hablaban de lo difícil que se volvía su vida porque “el populacho”  cada vez  se adentraba mas en las zonas ricas de la ciudad.

Días después reunidos en un restaurante, Walter Orrín y Lewis Lamm, platicaban de la idea de hacer un lugar aun más exclusivo en las afueras del casco de la ciudad; pensando un momento y tomando la idea, el Sr. Orrín invito a el Sr. Lamm y fueron ambos a ver los terrenos llamados “los potreros de la condesa” y parte de la Romita, pensando en“hacer un lugar exclusivo, donde viva lo mas granado de la ciudad y de otras partes del país” dijo Orrín; volteando el Sr. Lamm a ver a Orrin, dijo:

-Or foreigners like us, visualize all this Paris style, wide streets, beautiful houses, wooded ridges and our families in the middle of all this, (o extranjeros como nosotros, visualiza esto al estilo parís, calles anchas hermosas casas, camellones arbolados, y nuestras familias en medio de todo)- y planearon  que ahí,  harían su futuro…

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1901-02

Después de haber terminado la gira por todo el país con su circo, el Sr. Walter Orrín, se reunió con el Sr. Lewis Lamm,  después de unos días de estar hablando y planeando a futuro,  se habían asociado en  la empresa: “La Compañía de Terrenos Calzada de Chapultepec S.A.”.  Los Sres. Walter Orrin y Lewis Lamm, compraron los terrenos de los antiguos potreros de la condesa de Miravalle, así como parte de los terrenos de la Romita, y presentando el proyecto al propio General Don Porfirio Díaz Morí, en la noche de la fiesta de independencia y  cumpleaños del presidente, donde fueron invitados, y le hablaron del plan para la creación de una zona exclusiva en estos terrenos.

Días después conociendo los detalles, el propio presidente aprobó en ese momento el proyecto acelerando las cosas para que lo hicieran realidad, llegando la aprobación del municipio el día 30 de Diciembre de 1902, iniciando trabajos de la fracción y delimitaciones el día 07 de Enero de 1903.

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1995

Después de casi una semana en la ciudad, Elizabeth y Jorge habían visto cerca de diez casas en el área, y aunque algunas sí podían costearlas, no les satisfacían a ambos, no entendían por qué les tenía atraídos la casa en la avenida Obregón que veían diario al comer; Elizabeth, después de comer enfrente de la casa, viendo ocasionalmente a  la niña en las ventanas de arriba y en otras ocasiones a un niño que se asomaba en las ventanas de la planta baja, inconscientemente, siempre marcaba el anuncio de una casa específica en el diario que, por alguna razón le seguía llamando la atención;  por curiosidad ya había llamado y pedido datos pero estaba algo fuera de su presupuesto, así que lo tenía descartado pero ese día antes de irse a Guadalajara, quería ver la casa de la Roma que nadie compraba, y le dijo a Jorge que la verían antes de regresar a su tierra pero que después de arreglar sus pendientes allá, regresarían y verían otras hasta encontrar algo adecuado, así que ya en el hotel, tomo el teléfono y contactó al agente:

-Buenas tardes, mi nombre es Elizabeth, ayer llame por el anuncio de la casa en la Roma, podríamos verla hoy?

-Claro señora, por la tarde tenemos un tiempo ¿que le parece a las cuatro?

-Muy bien, deme el domicilio para acudir…

-Claro, Av. Álvaro Obregón, numero 191, casi esquina con insurgentes, en la colonia Roma.

-Gracias ahí estaremos  a la hora…

mapa

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1907

Encontrándose los Sres. Lewis Lamm y Walter Orrín en la oficina que mandaron construir en los terrenos, llegó un  señor.

-Bienvenido, en que podemos servirle señor?

-Buen día, mi nombre es Don Eduardo Mondragón y Landero, he escuchado que aquí será el futuro en este siglo (mientras se retorcía el bigote) así que deseo comprar un terreno para construir una casa para mi nieto que acaba de cumplir un par de años…

-Claro Sr. Mondragón, (dijo Lewis Lamm)- quien invitándole a pasar, le pidió que fueran viendo lo del terreno que quería, mientras le ofrecían una taza de café, y se acomodaban en la oficina donde tenían los mapas primeros de la colonia Roma.

Platicaron de varias cosas antes de pasar a los mapas, viendo los precios así como los tamaños de los lotes, y cosas de la política del momento como lo de las huelgas de Cananea y Rio Blanco, por fin, frente a los diagramas le explicaron:

plano-1906-b-compr

-Las áreas verdes serán parques, las áreas rojas son terrenos ya vendidos, y del resto puede escoger- dijo Walter Orrín.

Después de acicalarse el bigote el Sr. Mondragón señalo un terreno sobre la Av. Jalisco, casi esquina con la av. Veracruz, diciendo:

-Este es el que quiero para mi nieto…

-Muy buena elección Sr.Mondragón,  y esa es una esquina importante, ya que serán las dos avenidas principales, por lo mismo debe saber que es una esquina con más valor, dijo Walter Orrín.

-Por el dinero no se preocupe señor, es cuestión de hacer los depósitos o firmarle los pagares para hacer la documentación y comenzar a construir cuanto antes…

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1995

Eran las 3:48 pm. y avanzando despacio por la Av. Álvaro Obregón, Elizabeth y Jorge se quedaron con la boca abierta cuando vieron que el número 191 era la casa que les tenia fascinados todos estos días,  viéndose se abrazaron y sonriendo, Elizabeth le dijo en el oído a Jorge:

-Será nuestra… haga lo que tenga que hacer para ello… será nuestra.

Y mientras admiraban más los detalles de los jardines y de la casa misma, llegó el agente, a los cinco para las cuatro.

-Bienvenidos, pasen por favor…

Mientras el tipo hablaba de lo fabulosa que era la casa, ellos se encontraban emocionados, admirando los detalles de la misma en sus interiores, Jorge encontró la puerta del sótano, y solicitó permiso para revisarlo, diciendo el agente:

-Adelante-  mientras él se quedaba con Elizabeth, quien admiraba los vitrales de estilo francés que se encontraban en la estancia de entrada, el agente le dijo:

-Son de principios de siglo, traídos de París por el dueño original de la casa, la cocina es estilo siglo XIX, pero modernizada, lo mismo que las recámaras en el primer piso y cuenta con un ático; cuando quiera pasamos para ver esas áreas-  y saliendo de su absorción en  los vitrales, Elizabeth, volteando a ver al agente, le dijo:

-¡La quiero!, quiero vivir aquí!… pero le he de ser honesta, el costo es algo elevado, ¿no será posible hablar con el propietario, y ver si es posible un ajuste al precio, para cerrar el trato?

El agente, sonriendo, dijo:

-La verdad no creo que sea posible, pero aún así lo hablare con el señor,  la verdad quiere venderla ya, tiene mucho tiempo en oferta, pero qué le parece si vemos las demás áreas y estancias de la casa – y haciendo un ademán, le invito a subir las escaleras…

Después de revisar toda la casa, Elizabeth estaba fascinada con el ático, para trabajar ahí, así como las recamaras amplias y las demás áreas de la casa y Jorge con lo amplia de la casa y sobre todo con el sótano, que lo pensó para instalarse ahí a vivir… salieron de la casa, y antes de despedirse volteó a ver al agente que cerraba el cerco en ese momento, y le dijo:

-Una pregunta más: nosotros comemos ahí enfrente (mientras señalaba el restaurante que estaba casi en insurgentes) y hemos visto a dos niños que se asoman por las ventanas, pero nadie la habita ¿entonces quiénes son?

El agente, poniéndose algo serio y volteando a la calle (mientras guardaba silencio un momento), le respondió:

-Deben de ser los hijos de la señora que viene todos los días a limpiar y mantener en orden la casa- y disculpándose se dirigió a su carro, haciendo un ademan de despedida dijo:

-Llame en unos días más adelante y le tendré respuesta de el dueño sobre platicar directo con él, si acepta, pues ¡felicidades! y se subió a su carro, arrancando de inmediato.

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1921

Después de un sismo, en abril, el arquitecto llamo al Sr.Mondragón y dio aviso que hubo un accidente:

-Bueno… Sr. Mondragón, hubo un accidente, con el sismo se cayo el andamio de la construcción, murieron dos muchachos y dos más están muy lesionados… no señor… lo sé… lo espero.

Mondragón: -Muy bien… ¿la construcción no sufrió daño?… muy bien, nos hemos atrasado mucho… iré para allá en este momento.

Colgando el teléfono, el Sr. Mondragón llamó a su nieto, y abordando su vehículo, salieron de su casa en el área del zócalo para acudir hasta Jalisco y Veracruz, llegaron hasta la naciente y opulenta colonia Roma, bajando del vehículo, y dirigiéndose a la construcción, Mondragón le comenzó a espetar al arquitecto (mientras blandía su bordón y avanzaba apoyado en su nieto);

-¿Por qué han parado la obra? los muertos son una lástima, pero no tienen por qué detener esto, así que apure a los albañiles, e indemnice a las familias… agréguelo al cobro y dense prisa, que quiero ver a mi nieto viviendo ahí antes de morir yo- el arquitecto, viéndole entre sorprendido y con desprecio por la actitud de Mondragón ante los muertos, solo respondió:

-Sí, señor… ya comenzamos- y Mondragón, se retorció el bigote, mientras ponía la mano en el hombro de su nieto, el joven Eduardo Mondragón y Landero Vidaurrutia, quien también déspota y protegido por su abuelo, le gritó a los albañiles:

-Muévanse Haraganes, que quiero mi casa pronto…

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1995

08:35am. Sonó el teléfono de la recámara de Elizabeth, quien sin ganas lo tomó aun dormida, para atender la llamada…

-Bueno…

-Eli, soy Pedro Pablo, te tengo noticias, me acaba de llamar el agente y me ha dicho que hay una familia que quiere la casa…

Dando un salto de la cama, y despertando de golpe, Elizabeth dijo:

-¿Como?, ¿es verdad?

-Sí, ayer la vieron y dice el agente que hoy temprano le llamaron, y dijeron sí, que el precio está bien, y que cuanto antes hagamos los tramites mejor para ellos.

-Me visto y voy a la agencia, te espero ahí en una hora.

-Está bien ahí nos vemos y lleva a Jorge, les tengo una sorpresa.
Una hora después estaban en la agencia de bienes raíces y solicitando ver al agente, vieron los detalles de la compra-venta de la casa.

Saliendo de ahí fueron a desayunar los tres y después del desayuno, Pedro Pablo viendo a Jorge; Les dijo:

-Hijo, ya casi eres mayor de edad,  y no he sido el mejor padre, pero quiero hacerte un regalo antes de tu mayoría de edad, si tu madre está de acuerdo, por supuesto.

Jorge sonriendo por la noticia que le acababa de dar su padre volteó a ver a su madre y con un brillo en los ojos le dijo:

-Ya casi soy adulto y nos iremos, veré poco a papa y espero que aceptes mama.

Ella, asintiendo sonrió, demostrando su felicidad por la venta de su casa.

-Bien, el regalo es que en vez de repartir en dos lo que pagaran por la casa, lo dividamos en tres y le demos a Jorge su parte, y que la invierta en lo que el desee ¿qué opinas Eli?

Entonces Elizabeth, entrecerrando los ojos un momento y teniendo un pensamiento fugaz o como si alguien le hablara rápido al oído, hizo una mueca a forma de sonrisa y componiéndose rápido, para que no le notasen sus pensamientos, agitando la cabeza, dijo con tono alegre:

-Me parece una estupenda idea, le abriremos una cuenta con eso, y cuidaremos en qué decide usarlo-  Jorge alegre por la respuesta, se levanto y abrazando a su papa, le dio las gracias y después se dirigió a Elizabeth, haciendo lo mismo…

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1924

Después de haber enviudado un año atrás, el señor  Mondragón, se fue a vivir a la casa de su nieto, el joven Eduardo Mondragón y Landero Vidaurrutia, en la avenida Jalisco Número

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 El Sr. Mondragón no dormía mucho, así que se levantaba en las noches porque escuchaba ruidos, voces que murmuraban, o que gritaban desde la planta baja, en ocasiones bajaba a revisar, mirando solo sombras ocasionales por la casa, veía que alguien andaba por la estancia de la casa pero, por lo obscuro, no alcanzaba a distinguir quién era; con el tiempo, comenzó a decirle a su nieto que algo pasaba en su casa pero él no le atendía,  decía el joven Eduardo que eran cosas de la edad, que no se preocupara, que al ser la casa nueva, nada de eso era posible. En la mañana del día de navidad de ese año, el Sr. Don Eduardo Mondragón y Landeros, amaneció muerto en su cama, con una expresión de miedo en el rostro, la autopsia de la época dijo que fue de un ataque cardiaco.

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1995

Elizabeth y Jorge, días después de la venta de la casa, estando en su departamento, Elizabeth comenzó a hablar con Jorge de lo provechoso que podría ser su parte en lo que ambos querían para el futuro.

-Ves hijo, como el destino quiere que nos quedemos con la casa de México, con esto que tu padre te dará a ti, podremos, espero, completar el costo de la casa, o nos sería más fácil conseguir un crédito menor para ello.

-En cierta forma pensé lo mismo, mamá pero quiero invertirlo en mis estudios y terminar la carrera.

-Sí… te entiendo, aunque tu carrera está asegurada, por la beca que tienes, pero… no un hogar, además seria tu futuro y el de tu familia luego que te cases… y pues en el futuro, hasta para mis nietos puede ser, digo, solo estoy pensando, piénsalo amor, qué tanto te gustaría vivir ahí.

Ahora sí que… depende de ti…

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1940-41

En la casa de av. Álvaro Obregón 191, la familia Mondragón terminaba de alistarse para acostarse, dando las buenas noches a sus hijos se acostaron también para esperar el día siguiente, la mañana de navidad para que los niños Eduardo, Luis y la pequeña Bárbara Mondragón y Landero Betancourt, abrieran sus regalos traídos por san Nicolás. Ese 25 de diciembre.

Al llegar la señora Catalina, el ama de llaves, como todos los días a las siete de la mañana  para atender a la familia, le pareció raro que nadie anduviera en el patio, así que entrando por la reja se dirigió como siempre a la puerta de la cocina, no viendo movimiento en la casa, se puso a hacer el desayuno en el entendido que se durmieron tarde y aún no se habrían levantado, terminado éste, se dirigió hacia las recamaras de la familia llegando a la de los señores, tocó y al no recibir respuesta entró despacio, encontrando a los señores. en su cama, decidió no molestarlos, por lo que cerrando la puerta, se dirigió a la recámara de Bárbara, encontrándola dormida en su cama, acudió a despertarla llamándole por su nombre y esperando la respuesta de siempre: un pequeño grito y el salto de la niña abrazándole, pero al no ser así, se sentó en su cama y cuando la movió para despertarla, la sintió fría, por lo que tocándole la cara se dio cuenta que la niña estaba muerta; con pánico corrió a la recamara de los Sres. donde entró llorando y con lágrimas en los ojos, desesperada les comenzó a gritar pero al no recibir respuesta, llamándoles se pegó a la cama para moverles, dando un grito de dolor al descubrir que ellos también estaban muertos; corrió a la recámara de los pequeños Eduardo y Luis, teniendo el mismo resultado, desesperada por encontrar la familia muerta en sus camas, corrió al pasillo donde tomando el teléfono, marcó a la policía.

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1995-96

Guadalajara, Elizabeth después de la firma definitiva de su divorcio y estando en su departamento, recordó las palabras del agente, por lo que buscando en su bolso, sacó la tarjeta que le dio el agente de la casa y yendo a la sala, llamó a la agencia de bienes raíces para ver lo que le había conseguido con el dueño de la casa y se alegro al recibir por  respuesta que el dueño  quería tener una reunión con ella para negociar el precio, y ajustando los tiempos para después de las fiestas decembrinas, pasado el año nuevo; quedaron para el día 4 de enero, a las 12 del mediodía en la propia casa.

Dio la noticia a Jorge, esperaron las fiestas y antes de año nuevo ya tenían todo arreglado para salir hacia México el día 2 de enero y esta vez, se hospedaron con Norma, la hermana de Elizabeth.

Por la tarde del día 2 ya se encontraban en la casa de su hermana, donde esperarían el día de la reunión y antes de acostarse Elizabeth le preguntó a Jorge:

-¿Has pensado lo de la casa?, es necesario que estemos de acuerdo para cuando veamos a este señor, saber qué responder y con cuánto contamos…

Jorge, viéndole le respondió: -Si lo pensé y mucho estos días, acepto mama, quiero tanto como tú, vivir ahí, no sé porque… no lo entiendo… pero quiero vivir ahí…

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1941

Después de dos semanas, el dictamen de la policía fue que no había una explicación lógica a estas muertes, ya que al no mostrar rastros de violencia de ninguna especie, se ordenó una autopsia a todos los cuerpos,y desconcertado el médico que hizo éstas sólo acertó a poner en los papeles de defunción: “causas desconocidas”, a lo que fue llamado por el regente de la ciudad, el Lic. José Rojo Gómez, quien era amigo de la familia Mondragón, a quien le explicó que al no haber rastros de daño físico en los cuerpos, hizo pruebas toxicológicas y estaban limpios, y las pruebas de venenos tampoco arrojaron resultados, por eso al no tener datos concluyentes, el caso entró en causas desconocidas…

-Es decir señor, las autopsias de los cinco cuerpos no arrojaron resultados de ninguna especie, no hubo fallos orgánicos, ni materiales ajenos al cuerpo, así que sin causa aparente los dicté como muertes no concluyentes o misteriosas- Fueron las palabras que usó el forense ante el regente de la ciudad.

Del mismo modo, al no haber más herederos de la familia, tanto la casa como los objetos de la familia fueron requisados por el gobierno de la ciudad, por lo que la casa se mantuvo sola por varios años, en espera de que apareciese un familiar que no llego en ese tiempo.

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1996

Cd. De México, enero 4, cerca de las doce, tanto Elizabeth, como Jorge se habían vestido para la ocasión, conocerían en persona al dueño de la casa y si tenían suerte, podrían conseguir el ajuste al costo de la casa; llegaron al domicilio y vieron que ya se encontraba el agente en la puerta esperándolos y al verlos, con su mejor sonrisa los invitó a pasar, llevándolos hasta la mitad de la estancia de la planta baja, desde donde se apreciaban muchos detalles de la misma y donde se había colocado una mesa, con una botella de vino así como dos copas y algunos folders con documentación.

Vieron al propietario de la casa; quien parado de espaldas hablaba por su teléfono celular en francés,  ellos pensaron que ocuparían un traductor.

Cuando llegaron frente a la mesa, el señor, colgando, volteó hacia ellos, viendo ella por fin al dueño de la casa de Álvaro Obregón 191 y se quedó un momento observándolo, era un hombre mayor, de barba bien cuidada, de unos 70 años, complexión media y que usaba bordón, su vestimenta era de traje casual en color arena, y esbozando una sonrisa al verles, tomó la mano de Elizabeth y agachándose un poco procedió a besarla y después extendiendo su mano hacia Jorge le dio un apretón de mano que Jorge no pensó que tuviese esa fuerza. Después señalando las sillas invitándolos a sentarse, volteo con el agente y le dijo:

-Retírese, cuando le llame vuelva, vaya a tomar algo tardaremos un rato en esto.

El agente, viendo a los tres sólo dijo -sí señor, estaré cerca llame cualquier cosa que requiera- haciendo un ademán con la mano, el señor lo despidió  esperando a que se retirara de la casa.

-Bien… en primera, quiero disculparme con ustedes por esto- dijo el hombre, mientras encendía un cigarrillo y servía el vino en las copas, después levantándose de nuevo dijo:

-Lo segundo, (mientras esbozaba una sonrisa y clavaba su mirada profunda, en los ojos de Elizabeth), mi nombre es Damián Mondragón y Landero García- mientras hacia una reverencia -mi Bisabuelo… mando construir esta casa… como regalo a mi padre, los vitrales y algunas otras cosas fueron traídas de Francia por él, ha sido usada poco tiempo, hasta la muerte de mi padre.  Tiene casi un siglo de construida, buenos cimientos y nunca ha salido de la familia, pero la verdad  no me interesa conservarla, por eso la he puesto en venta, tengo casi siete años que he querido venderla. Pero antes de seguir, dígame algo señora ¿por qué habría de vendérsela si no ajusta el precio?

-No lo sé, sólo sé que desde el momento que vimos la casa, pensamos en tenerla y quiero, si es posible, lograr un acuerdo entre ambos, que esto sea para el futuro de mi hijo – dijo mientras pasaba el brazo por los hombros de Jorge y sonreía al Sr. Damián quien sin quitarle la mirada a ambos y dando una bocanada a su cigarro, recargándose en la mesa, les dijo:

-Puedo mantener esta casa, sin necesidad de habitarla, ¿por qué habría de vendérsela a ustedes? ¡no me ha respondido!

Elizabeth, (un tanto desconcertada) le respondió – ¿a qué esa pregunta? si no quisiera venderla, no estaría usted aquí, ni nosotros… así que dígame usted, por qué estamos aquí y terminemos con esto pronto…

Sonriendo, Damián dijo  -Escuche Señora, hay algo que me dijo el señor Luna, por eso es que estamos aquí, que usted (mientras le señalaba con el dedo) mostró la pasión y  el deseo que nadie mostró hacia la casa, así que dígame ¿por qué habría de vendérsela?

-Porque es la casa de mis sueños, y la de mi madre; en cuanto la vimos, sin saber que se estaba vendiendo quedamos enamorados de ella, y nos vimos viviendo en ella… – dijo Jorge, quien sorprendió a ambos.

Volteando hacia Jorge ambos, dijo Damián señalándolo con el dedo mientras se levantaba de la silla:

-Exacto joven, eso es lo que nos tiene aquí, así que dígame Señora, me dice que no completa el precio, y la verdad no deseo, pero quiero hacerlo, tengo que salir del país por un tiempo y el dinero me servirá, así que hagamos números señora y si me convence… tenemos un trato; hijo, ve a curiosear en la casa mientras tu madre y yo hacemos negocios…

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1968

Eran las 11 de la noche de ese 30 de septiembre, después de los desalojos de Ciudad Universitaria, los halcones habían estado en persecución de líderes del movimiento, y dos de ellos que habían logrado escapar en una motocicleta, por la Av. Insurgentes hacia el norte, llegaron hasta la colonia Roma y descomponiéndose su motocicleta a la altura de la calle Chihuahua, dejaron la moto y corrieron metiéndose en la casa que se encontraba sola en Álvaro Obregón e Insurgentes, pero fueron vistos entrando por un halcón y estos fueron detrás de ellos, encontrando a uno en el sótano, donde fue asesinado de cuatro balazos y el segundo alcanzó a esconderse en el ático, donde al ser descubierto, murió al grito de “viva la libertad… viva la universidad”… ambos estudiantes fueron asesinados por los halcones del gobierno.

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1996

Después de conseguir el crédito para completar y comprar la casa de Álvaro Obregón N° 191, “la casa de sus sueños”, según las palabras de ambos, Elizabeth y Jorge no pensaron que pronto se convertiría en la casa de sus pesadillas…

Habían pasado ya casi seis meses de la compra de la casa, ya se encontraban instalados y tanto Elizabeth, como Jorge se encontraban felices y disfrutando tanto de su casa, que hasta en varias ocasiones habían invitado a Pedro Pablo a convivir con ellos, así como a que les ayudara a acomodar sus cosas la casa cuando la compraron…

Durante ese tiempo habían sucedido algunas cosas extrañas, pero como por su educación, no creían en cosas paranormales,  ellos no le daban  importancia; cuando Elizabeth, trabajaba en el ático de repente las cosas se movían de lugar teniéndolas que buscar, molestándose a veces con ella misma por no recordar donde las dejaba.

En una tarde estando sentada en el ático frente a la ventana, viendo hacia la calle y meditando sobre lo buena que se había vuelto su vida en ese año, de pronto escuchó un sonido fuerte como de disparo y un grito detrás de ella que la hizo saltar de su asiento y tirarse al piso del susto, volteando a todos lados, viendo que no había nadie con ella, llamó a Jorge que se encontraba en la sala viendo televisión, acudiendo él al llamado de ella subió y  después de que Elizabeth le contó, le dijo que él no había escuchado nada y buscaron una respuesta… en ese momento paso un camión que hizo un ruido con el escape que se escuchó igual al sonido que ella dijo, convenciéndola que había sido eso lo que oyó y que no pasaba nada.

En otras ocasiones, Jorge escuchaba que le llamaban de arriba y pensando que era Elizabeth, acudía, viendo que ella no le llamaba, una vez, estando en su cama, se despertó el escuchar que alguien hablaba, levantándose, revisó el lugar completo, no encontrando nada, subió al sanitario aprovechando la levantada; al pasar por la estancia vio como una sombra se movió de la sala hacia la puerta de la cocina, al verla sólo sonrió y pensó, “maldito sueño”, siguiendo sin darle más importancia.

Jorge había ingresado a la universidad y periódicamente hacia reuniones de compañeros en el sótano que era donde él vivía, en una ocasión Jorge invitó a varios compañeros a una cena y convivio un sábado, uno de ellos propuso jugar el llamado juego de la copa:

-Vamos, hagámoslo, total sólo es un juego y este lugar está ni mandado hacer para ello, el sótano de una casa de más de cien años, o acaso Jorgito tiene miedo?

Jorge Riendo, volteó y viéndole a los ojos dijo:
-Hagámoslo, no creo en nada de eso, así que traigamos a tus fantasmas, y veamos que trucos pueden hacer, por cierto, la casa solo tiene 74 años, no más de cien…

Después de reír todos, prepararon las cosas para hacer el juego, siendo quien lo propuso el primero en hacer el intento con la copa, no teniendo resultados ninguno con cada intento hecho; Jorge sólo miraba al principio y sólo cuando Jorge comenzó a querer jugar riéndose de la situación, la copa se movió y formó la palabra “váyanse” y todos rieron, en la creencia de que era él quien lo movía, sin más Jorge se enojó y comenzó a decir que era una porquería eso…

-Sí, tú; que dices que eres tan fuerte, preséntate ante mi… no me puedes correr de mi casa.  Así que el que se va eres tú, ésta, es, mi, casa.

Agarró la copa y volteándola, tiró los papeles con las letras que habían hecho; de pronto comenzaron a parpadear las luces del sótano y se sintió una ligera corriente de aire frío, después de discutir por la situación, dejaron el juego y luego de un par de horas los invitados se fueron de la casa y Jorge se acostó.

Por la madrugada se despertó al escuchar un ruido en uno de los rincones del sótano, y prendiendo la luz, vio fugazmente una sombra que no diferenció, pensando que estaba dormido aún, no le dio importancia, pero escuchando un golpe seco que venía de la cocina se levantó, pensando que a su mamá le había pasado algo, acudiendo a la planta baja viendo que Elizabeth también venia bajando las escaleras.

Cuando Jorge pasaba por la estancia rumbo a la cocina, de pronto cayó de frente, a lo que Elizabeth, apurando el paso para bajar las escaleras le preguntó si se encontraba bien; Jorge levantándose rápido le dijo

– Me han aventado.

Cuando Elizabeth se encontraba con él revisándolo que estuviera bien, ambos escucharon que alguien corría en el primer piso, por lo que volteando vieron a la niña, que ella veía en la ventana, corriendo por el paso de la planta alta,  ambos, extrañados, viéndose, acudieron a donde se metió la niña, que era el cuarto de visitas, no encontrando a nadie.

En ese momento escucharon un grito que provenía de el ático, girando para salir, la puerta del cuarto se azotó cerrándose sola delante de ellos, quedándose ambos sin habla, Jorge abrazó a Elizabeth, mientras las cosas comenzaban a moverse como si estuviera temblando,  a la vez que todo se revolvió en el cuarto, cayéndose las cosas que tenían en los muebles, se escuchó un estruendo de cosas cayendo de gran altura como si la casa se cayera en pedazos y un grito ahogado que se acalló con un golpe seco.

A la vez que Elizabeth era empujada hacia la cama, a Jorge lo jalaron azotándolo contra la pared a un lado de la puerta y se escuchaban varias voces en el lugar, una figura incorpórea se presento ante ellos gritando:

-Váyanse… váyanse… es mi casa…

Deteniéndose todo así como comenzó, de súbito;  Jorge se movió para revisar a su madre, viendo que se encontraba bien, tomándole del brazo salieron del cuarto parándose de pronto en el paso del primer piso, viendo que todas las cosas y muebles de la casa se encontraban revueltas o tiradas, como si hubiese habido un terremoto; Jorge vio en la puerta de la cocina a un niño quien les miraba y riendo se metió en la cocina y le dijo a Elizabeth:
-Espera aquí, tengo que ver quien es antes que se vaya ese niño – y corriendo escaleras abajo, entro a la cocina que se encontraba igual que el resto de la casa todo revuelto y tirado, el refrigerador abierto y los alimentos en el suelo regados, volvió con Elizabeth, quien ya estaba abajo, a los pies de la escalera, con lagrimas en los ojos, preguntando:

-¿Que está pasando? ¿Por qué pasa esto?  – Él, viéndole dijo:

-No sé, pero no pasaremos la noche aquí, mañana vendremos a arreglar esto… tomando el teléfono llamó a su tía Norma que vivía a dos cuadras y  le pidió que los recogiera, para pasar la noche allá.

Ya en la casa de sus familiares, Jorge con más dudas que miedo, decidió regresar a la casa esa madrugada y comenzar a levantar las cosas así como ver qué era lo que pasaba, volviendo a la casa esa misma noche, poco a poco levantó los muebles y las cosas que no se rompieron y limpió la cocina, terminando entrada la mañana sólo la planta baja, quedándose dormido en la sala.

Ya había pasado una semana en que Elizabeth no quiso volver a la casa, por fin Jorge le convenció de volver,  Elizabeth dijo que volvería sólo después de haber “bendecido la casa”, a pesar de no creer en esas cosas, por fin, después de llevar a un sacerdote, volvieron para habitarla de nuevo.

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Habían pasado varios meses del incidente y nada había vuelto a suceder, aparte de las cosas comunes como las que antes de ese día pasaban, no dándole importancia y volviendo a ser los mismos de antes.

La noche de navidad, decidieron que por ser la primera en su casa, lo pasarían ahí, así que invitaron a Pedro Pablo, los familiares de México y la novia de Jorge, Angélica, para compartir la cena de navidad y convivir en la casa.

Eran las 11 de la noche de ese día de noche buena, y la familia se encontraba en la sobremesa después de la cena de navidad; platicando y riendo en una convivencia esperando la medianoche, cuando en la mesa se movió una de las copas que se encontraban ahí, siendo algo casi imperceptible, por lo que no se dieron cuenta en ese momento, era la copa de Angélica, que al querer tomarla de nuevo captó que el vino se movía, pero no le dio más importancia.

Se pasaron del comedor a la sala para seguir platicando y casi dando las doce de la noche, Angélica que se encontraba sentada, frunciendo el seño, extrañada llamó a Jorge que se encontraba parado de frente a ella, mientras miraba al paso del primer piso y le preguntó:

-¿Quien es esa niña que está en la planta alta?,  Jorge poniéndose pálido, dio la vuelta y viendo la niña, subió a la carrera la escalera, extrañando a todos los reunidos; Pedro Pablo preguntó que pasaba, Angélica, viendo a Jorge sólo repitió lo mismo que a Jorge, Elizabeth perdiendo el color se sentó en el sillón, agarrándose la cabeza mientras dijo:

-¡No es posible!  ¡no de nuevo! – su hermana y cuñado corrieron a abrazarla.

De pronto, las puertas de toda la casa exceptuando la de entrada, comenzaron a abrirse y cerrarse azotándose, las luces comenzaron a parpadear y teniendo una subida de tensión se fundieron los focos de la sala mientras de nuevo comenzó a moverse todo en la casa,  como si de un temblor se tratara; las ventanas de la sala se abrieron de par en par mientras ellos asustados no sabían qué hacer.
Jorge, llegando a lo alto de la escalera, se frenó en el último  peldaño, porque de repente se vio ante el niño, que se apareció de la nada en lo alto, sorprendiendo y asustando a Jorge que parándose de pronto quiso dar un paso hacia atrás, resbalando y cayendo por la escalera.

Elizabeth gritó, mientras las ventanas de la casa se azotaban, quebrándose los vidrios de éstas.

Angélica fue jalada de su blusa saliendo disparada hacia el lado de la cocina, con tanta fuerza que se golpeó la cabeza hiriéndose con el marco de la puerta.

Pedro Pablo, sintiendo que le empujaban cayó cuan largo era en el piso, a la vez que se escuchaba como si rocas cayeran por una pendiente, y un grito desgarrador les penetro los oídos a todos, entre el grito, y gente que se quejaba y otros que hablaban sin entenderse que decían, se escucho una voz espectral decir:

-Maldito seas por siempre… –

 

Jorge, cayendo, llegó a la base de las escaleras, quedando desmayado.

Pedro Pablo que estaba tendido en el piso queriendo levantarse no pudo hacerlo.

Elizabeth corrió hacia Jorge pero un ser amorfo la frenó, cayendo al piso por la impresión de ver ese ser tan cerca de su cara.

Todo se detuvo tal como comenzó, quedando en el piso heridos tanto Angélica como Jorge.

Elizabeth corrió hacia su hijo revisándolo, viendo que tenía daños en el cuerpo por la caída y su hermana y su cuñado, corrieron a ver a  Angélica, Pedro Pablo quedo tirado en el piso de la sala…

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Tres días después… Jorge se encontraba en estado de coma en el hospital, las cervicales se le rompieron, los médicos dijeron que no volverá a caminar…

Norma y su esposo, se encontraban  también en el hospital, donde fue internada Elizabeth por trastorno mental: quedó sin reconocer a nadie, sólo llamando a Jorge…

Angélica sufrió una muerte por trauma craneal del golpe recibido en la esquina de la puerta de la cocina…

Pedro Pablo… Pedro Pablo, murió de manera misteriosa… no se encontró causa aparente de la muerte, el certificado indica muerte desconocida…

La casa de Álvaro Obregón N° 191, fue conocida como “La Casa Negra de la Roma” por su historial de muertes misteriosas, aún tiene el letrero de “Se Vende” y en sus ventanas, si pones atención, aún se ve ocasionalmente… a los niños Mondragón.

***

NOTA: AGRADEZCO A SILVIA EUGENIA RUIZ BACHILLER, QUIEN ME DIO LA IDEA ORIGINAL Y PRESENTÓ EL RETO DE HACER ESTO, FUE UN TRABAJO ARDUO PERO FRUCTÍFERO, QUE ESPERO LES HAYA GUSTADO, LAS FECHAS HISTORICAS, ASI COMO LOS HECHOS SON REALES, LIGERAMENTE ALTERADOS PARA EL DESARROLLO DE LA HISTORIA, LOS NOMBRES DE LOS PERSONAJES DE ELIZABETH, JORGE Y PEDRO PABLO FUERON CAMBIADOS PARA PROTEGER A LOS INOCENTES, SE ENCUENTRAN SIN DAÑO ALGUNO… HASTA EL MOMENTO… JEJEJEJE…

ESPERO QUE ESTE TRABAJO HECHO PARA TI, SILVIA, SEA DE TU COMPLETO AGRADO Y COMO LO ESPERABAS.

:icondanshaggy:

La Casa Negra de La Roma (La casa Mondragon)byDanshaggy

Amig@s, les presento un cuento escrito por Danshaggy Alv, que caballerosamente me ha regalado. Yo le había pedido ayuda en cuanto al segmento del terror, pero él se puso a hacer una investigación histórica muy exhaustiva (aunque aquí quedó resumida) de la Colonia Roma (una de las colonias más representativas de la Ciudad de México) y de la “Leyenda de la Casa Negra de la Roma”, que por cierto, dicen que es una de las 10 casas embrujadas más famosas de la Ciudad de México y que yo… bueno, mejor lean el cuento, yo tuve una cierta relación real con esa casa, léanlo, les va a interesar y gustar.

LA CASA NEGRA DE LA ROMA (LA CASA MONDRAGON)

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Agradezco a todos, y quiero presentar una historia que ha nacido de una leyenda urbana,“La Leyenda de la casa negra de la Roma”, pero al hacer investigación he podido completar con algunos hechos reales así como hechos históricos encontrados y que fueron relacionados dentro del relato, quedando como resultado esto que espero que sea de su agrado, Hechos Históricos, con una Leyenda Urbana y algo de imaginación Fantástica… con ustedes “LA CASA NEGRA DE LA ROMA”… O LA CASA MONDRAGON…

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1736

En la Cd. De México, cuando la epidemia de Matlazahuatl se encontraba haciendo estragos en toda la capital del virreinato, el virrey, Don Juan Antonio Vizarrón y Eguiarreta, también Obispo de la CD. De México, ordenó al párroco del templo de Santa María que en el atrio colocara a los enfermos que eran sacados de la ciudad y que los atendieran, pero el párroco  del templo, por miedo, cerró los accesos de este lugar, quedando los enfermos fuera de los barrotes de las rejas del templo, contándose por miles los muertos por los dos años siguientes y eran enterrados clandestinamente en las áreas alejadas del templo, o quemados en “los campos de las garzas”así como en los terrenos un poco más al noreste de los potreros  de la condesa de Miravalle…

En 1738, una gitana que vivía en el asentamiento llamado la Romita, maldijo al sacerdote así como el lugar por siempre, por no demostrar compasión ante los enfermos que se estaban muriendo afuera, al grito de

“MALDITA SEA ESTA TIERRA Y DONDE NOS SEPULTEN, POR SIEMPRE Y QUE TU DIOS TE HAGA PAGAR POR ESTO… QUE LLORES POR LA ETERNIDAD NUESTRAS MUERTES… MALDITO SEAS”…

muriendo después de maldecirlo, quedando su cuerpo a los pies de el párroco de santa María… O al menos es lo que se cuenta, según las crónicas de la época.

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1995

Eran las 9:50am. Elizabeth, con una sonrisa disimulada, estampaba su firma en la segunda audiencia de divorcio de su esposo, Pedro Pablo.
Por fin estaba cerca de terminar con un matrimonio que sólo le había causado problemas en los últimos años, sabiendo que por estar con bienes mancomunados la mitad de todo le correspondía, así como la manutención para Jorge, su hijo.

Ella tenía planes de mudarse a la Cd. de México, ya que  su hermana vivía allá y sabía que tendría más oportunidad de trabajo en la capital que en Guadalajara, que era donde vivía actualmente.

La casa ya la habían puesto en venta así que esperaba resultados para disponer de ese dinero, y por lo pronto, viajaría a la capital, para juntarse con su familia e ir buscando una casa cerca de ellos por lo que se instaló en un hotel por la avenida Álvaro Obregón, en la colonia Roma.  Ya en la habitación, Elizabeth  dijo a Jorge que por la mañana comprarían el diario para ver si había algo cerca y pasarían con su familia más tarde para comer…

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1820

En la Cd. de México, durante las “conspiraciones de La Profesa” en la capital, varios congresistas y asistentes, así como algunos clérigos, fueron descubiertos y encarcelados, pero Miguel Bataller, Fray Mariano López de Bravo y Pimentel y José Bermúdez Zozaya, que intentaron escapar con ayuda de los habitantes de la hacienda de la condesa de Miravalle, se dirigían a ese lugar en una noche fría de Noviembre para ocultarse y poder dirigirse hacia el sur, con el general  Agustín de Iturbide, pero fueron descubiertos en el camino real de la hacienda de Miravalle, siendo detenidos por el ejército realista y después de encontrar documentos que les comprometían fueron llevados al camino de la piedad, rumbo a la Romita, siendo fusilados por orden del virrey, sus cuerpos fueron tirados en la orilla del camino…

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1995

Cerca de las 8:00 de la mañana, Jorge se acababa de levantar y quería desayunar, así que Elizabeth, le dijo que saldrían a  alguno de los restaurantes que había por la avenida Álvaro Obregón, en la col. Roma.

-Sirve que conocemos la zona, y mientras desayunamos reviso el diario en busca de algo por aquí.

Así lo hicieron, al salir del hotel caminaron por la ancha y vistosa avenida Álvaro Obregón y mientras platicaba con Jorge de cómo se sentía con los cambios, miraban los frentes de las casas y negocios que se encontraban en la avenida, llegando a la Avenida Insurgentes, ambos como atraídos por algo o alguien, voltearon a la esquina sur de la calle, y deteniéndose,  vieron una hermosa casa gemela que atrajo su atención,  pintada en bello color crema y con las vistas en ocre, resaltando el paisaje.  Cruzaron la Avenida Obregón acercándose a la casa, viendo  como una niña veía hacia la calle desde la ventana del el primer piso, Jorge impresionado sólo exclamo:

-Debe ser padrísimo vivir en una casa así, en medio de todo y con ese estilo, es preciosa…
Elizabeth, absorta en la mansión, respondió solamente

-Si, debe ser maravilloso… –  mientras recorría los detalles de la casa con la vista, deteniendo su mirada en la ventana del primer piso, vio a la niña que le veía y sonreía.

Se sentaron a desayunar en un restaurante casi en insurgentes y mientras lo hacían, ella veía los anuncios de las casas en venta; uno llamó su atención: “se vende, preciosa casa, dos pisos, ático y sótano, hermosa vista,  col. Roma, llamar a…” marcándola como opción para ver más adelante.

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1895

En uno de  los cafés de la zona del zócalo, lugar donde se reunían las familias más opulentas de la ciudad de México, se encontraban reunidos en una mesa los señores Edward Walter Orrín y Lewis Lamm, americanos avecindados en la Cd. De México,  quienes entre otros vecinos de las  opulentas familias, hablaban de lo difícil que se volvía su vida porque “el populacho”  cada vez  se adentraba mas en las zonas ricas de la ciudad.

Días después reunidos en un restaurante, Walter Orrín y Lewis Lamm, platicaban de la idea de hacer un lugar aun más exclusivo en las afueras del casco de la ciudad; pensando un momento y tomando la idea, el Sr. Orrín invito a el Sr. Lamm y fueron ambos a ver los terrenos llamados “los potreros de la condesa” y parte de la Romita, pensando en“hacer un lugar exclusivo, donde viva lo mas granado de la ciudad y de otras partes del país” dijo Orrín; volteando el Sr. Lamm a ver a Orrin, dijo:

-Or foreigners like us, visualize all this Paris style, wide streets, beautiful houses, wooded ridges and our families in the middle of all this, (o extranjeros como nosotros, visualiza esto al estilo parís, calles anchas hermosas casas, camellones arbolados, y nuestras familias en medio de todo)- y planearon  que ahí,  harían su futuro…

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1901-02

Después de haber terminado la gira por todo el país con su circo, el Sr. Walter Orrín, se reunió con el Sr. Lewis Lamm,  después de unos días de estar hablando y planeando a futuro,  se habían asociado en  la empresa: “La Compañía de Terrenos Calzada de Chapultepec S.A.”.  Los Sres. Walter Orrin y Lewis Lamm, compraron los terrenos de los antiguos potreros de la condesa de Miravalle, así como parte de los terrenos de la Romita, y presentando el proyecto al propio General Don Porfirio Díaz Morí, en la noche de la fiesta de independencia y  cumpleaños del presidente, donde fueron invitados, y le hablaron del plan para la creación de una zona exclusiva en estos terrenos.

Días después conociendo los detalles, el propio presidente aprobó en ese momento el proyecto acelerando las cosas para que lo hicieran realidad, llegando la aprobación del municipio el día 30 de Diciembre de 1902, iniciando trabajos de la fracción y delimitaciones el día 07 de Enero de 1903.

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1995

Después de casi una semana en la ciudad, Elizabeth y Jorge habían visto cerca de diez casas en el área, y aunque algunas sí podían costearlas, no les satisfacían a ambos, no entendían por qué les tenía atraídos la casa en la avenida Obregón que veían diario al comer; Elizabeth, después de comer enfrente de la casa, viendo ocasionalmente a  la niña en las ventanas de arriba y en otras ocasiones a un niño que se asomaba en las ventanas de la planta baja, inconscientemente, siempre marcaba el anuncio de una casa específica en el diario que, por alguna razón le seguía llamando la atención;  por curiosidad ya había llamado y pedido datos pero estaba algo fuera de su presupuesto, así que lo tenía descartado pero ese día antes de irse a Guadalajara, quería ver la casa de la Roma que nadie compraba, y le dijo a Jorge que la verían antes de regresar a su tierra pero que después de arreglar sus pendientes allá, regresarían y verían otras hasta encontrar algo adecuado, así que ya en el hotel, tomo el teléfono y contactó al agente:

-Buenas tardes, mi nombre es Elizabeth, ayer llame por el anuncio de la casa en la Roma, podríamos verla hoy?

-Claro señora, por la tarde tenemos un tiempo ¿que le parece a las cuatro?

-Muy bien, deme el domicilio para acudir…

-Claro, Av. Álvaro Obregón, numero 191, casi esquina con insurgentes, en la colonia Roma.

-Gracias ahí estaremos  a la hora…

mapa

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1907

Encontrándose los Sres. Lewis Lamm y Walter Orrín en la oficina que mandaron construir en los terrenos, llegó un  señor.

-Bienvenido, en que podemos servirle señor?

-Buen día, mi nombre es Don Eduardo Mondragón y Landero, he escuchado que aquí será el futuro en este siglo (mientras se retorcía el bigote) así que deseo comprar un terreno para construir una casa para mi nieto que acaba de cumplir un par de años…

-Claro Sr. Mondragón, (dijo Lewis Lamm)- quien invitándole a pasar, le pidió que fueran viendo lo del terreno que quería, mientras le ofrecían una taza de café, y se acomodaban en la oficina donde tenían los mapas primeros de la colonia Roma.

Platicaron de varias cosas antes de pasar a los mapas, viendo los precios así como los tamaños de los lotes, y cosas de la política del momento como lo de las huelgas de Cananea y Rio Blanco, por fin, frente a los diagramas le explicaron:

plano-1906-b-compr

-Las áreas verdes serán parques, las áreas rojas son terrenos ya vendidos, y del resto puede escoger- dijo Walter Orrín.

Después de acicalarse el bigote el Sr. Mondragón señalo un terreno sobre la Av. Jalisco, casi esquina con la av. Veracruz, diciendo:

-Este es el que quiero para mi nieto…

-Muy buena elección Sr.Mondragón,  y esa es una esquina importante, ya que serán las dos avenidas principales, por lo mismo debe saber que es una esquina con más valor, dijo Walter Orrín.

-Por el dinero no se preocupe señor, es cuestión de hacer los depósitos o firmarle los pagares para hacer la documentación y comenzar a construir cuanto antes…

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1995

Eran las 3:48 pm. y avanzando despacio por la Av. Álvaro Obregón, Elizabeth y Jorge se quedaron con la boca abierta cuando vieron que el número 191 era la casa que les tenia fascinados todos estos días,  viéndose se abrazaron y sonriendo, Elizabeth le dijo en el oído a Jorge:

-Será nuestra… haga lo que tenga que hacer para ello… será nuestra.

Y mientras admiraban más los detalles de los jardines y de la casa misma, llegó el agente, a los cinco para las cuatro.

-Bienvenidos, pasen por favor…

Mientras el tipo hablaba de lo fabulosa que era la casa, ellos se encontraban emocionados, admirando los detalles de la misma en sus interiores, Jorge encontró la puerta del sótano, y solicitó permiso para revisarlo, diciendo el agente:

-Adelante-  mientras él se quedaba con Elizabeth, quien admiraba los vitrales de estilo francés que se encontraban en la estancia de entrada, el agente le dijo:

-Son de principios de siglo, traídos de París por el dueño original de la casa, la cocina es estilo siglo XIX, pero modernizada, lo mismo que las recámaras en el primer piso y cuenta con un ático; cuando quiera pasamos para ver esas áreas-  y saliendo de su absorción en  los vitrales, Elizabeth, volteando a ver al agente, le dijo:

-¡La quiero!, quiero vivir aquí!… pero le he de ser honesta, el costo es algo elevado, ¿no será posible hablar con el propietario, y ver si es posible un ajuste al precio, para cerrar el trato?

El agente, sonriendo, dijo:

-La verdad no creo que sea posible, pero aún así lo hablare con el señor,  la verdad quiere venderla ya, tiene mucho tiempo en oferta, pero qué le parece si vemos las demás áreas y estancias de la casa – y haciendo un ademán, le invito a subir las escaleras…

Después de revisar toda la casa, Elizabeth estaba fascinada con el ático, para trabajar ahí, así como las recamaras amplias y las demás áreas de la casa y Jorge con lo amplia de la casa y sobre todo con el sótano, que lo pensó para instalarse ahí a vivir… salieron de la casa, y antes de despedirse volteó a ver al agente que cerraba el cerco en ese momento, y le dijo:

-Una pregunta más: nosotros comemos ahí enfrente (mientras señalaba el restaurante que estaba casi en insurgentes) y hemos visto a dos niños que se asoman por las ventanas, pero nadie la habita ¿entonces quiénes son?

El agente, poniéndose algo serio y volteando a la calle (mientras guardaba silencio un momento), le respondió:

-Deben de ser los hijos de la señora que viene todos los días a limpiar y mantener en orden la casa- y disculpándose se dirigió a su carro, haciendo un ademan de despedida dijo:

-Llame en unos días más adelante y le tendré respuesta de el dueño sobre platicar directo con él, si acepta, pues ¡felicidades! y se subió a su carro, arrancando de inmediato.

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1921

Después de un sismo, en abril, el arquitecto llamo al Sr.Mondragón y dio aviso que hubo un accidente:

-Bueno… Sr. Mondragón, hubo un accidente, con el sismo se cayo el andamio de la construcción, murieron dos muchachos y dos más están muy lesionados… no señor… lo sé… lo espero.

Mondragón: -Muy bien… ¿la construcción no sufrió daño?… muy bien, nos hemos atrasado mucho… iré para allá en este momento.

Colgando el teléfono, el Sr. Mondragón llamó a su nieto, y abordando su vehículo, salieron de su casa en el área del zócalo para acudir hasta Jalisco y Veracruz, llegaron hasta la naciente y opulenta colonia Roma, bajando del vehículo, y dirigiéndose a la construcción, Mondragón le comenzó a espetar al arquitecto (mientras blandía su bordón y avanzaba apoyado en su nieto);

-¿Por qué han parado la obra? los muertos son una lástima, pero no tienen por qué detener esto, así que apure a los albañiles, e indemnice a las familias… agréguelo al cobro y dense prisa, que quiero ver a mi nieto viviendo ahí antes de morir yo- el arquitecto, viéndole entre sorprendido y con desprecio por la actitud de Mondragón ante los muertos, solo respondió:

-Sí, señor… ya comenzamos- y Mondragón, se retorció el bigote, mientras ponía la mano en el hombro de su nieto, el joven Eduardo Mondragón y Landero Vidaurrutia, quien también déspota y protegido por su abuelo, le gritó a los albañiles:

-Muévanse Haraganes, que quiero mi casa pronto…

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1995

08:35am. Sonó el teléfono de la recámara de Elizabeth, quien sin ganas lo tomó aun dormida, para atender la llamada…

-Bueno…

-Eli, soy Pedro Pablo, te tengo noticias, me acaba de llamar el agente y me ha dicho que hay una familia que quiere la casa…

Dando un salto de la cama, y despertando de golpe, Elizabeth dijo:

-¿Como?, ¿es verdad?

-Sí, ayer la vieron y dice el agente que hoy temprano le llamaron, y dijeron sí, que el precio está bien, y que cuanto antes hagamos los tramites mejor para ellos.

-Me visto y voy a la agencia, te espero ahí en una hora.

-Está bien ahí nos vemos y lleva a Jorge, les tengo una sorpresa.
Una hora después estaban en la agencia de bienes raíces y solicitando ver al agente, vieron los detalles de la compra-venta de la casa.

Saliendo de ahí fueron a desayunar los tres y después del desayuno, Pedro Pablo viendo a Jorge; Les dijo:

-Hijo, ya casi eres mayor de edad,  y no he sido el mejor padre, pero quiero hacerte un regalo antes de tu mayoría de edad, si tu madre está de acuerdo, por supuesto.

Jorge sonriendo por la noticia que le acababa de dar su padre volteó a ver a su madre y con un brillo en los ojos le dijo:

-Ya casi soy adulto y nos iremos, veré poco a papa y espero que aceptes mama.

Ella, asintiendo sonrió, demostrando su felicidad por la venta de su casa.

-Bien, el regalo es que en vez de repartir en dos lo que pagaran por la casa, lo dividamos en tres y le demos a Jorge su parte, y que la invierta en lo que el desee ¿qué opinas Eli?

Entonces Elizabeth, entrecerrando los ojos un momento y teniendo un pensamiento fugaz o como si alguien le hablara rápido al oído, hizo una mueca a forma de sonrisa y componiéndose rápido, para que no le notasen sus pensamientos, agitando la cabeza, dijo con tono alegre:

-Me parece una estupenda idea, le abriremos una cuenta con eso, y cuidaremos en qué decide usarlo-  Jorge alegre por la respuesta, se levanto y abrazando a su papa, le dio las gracias y después se dirigió a Elizabeth, haciendo lo mismo…

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1924

Después de haber enviudado un año atrás, el señor  Mondragón, se fue a vivir a la casa de su nieto, el joven Eduardo Mondragón y Landero Vidaurrutia, en la avenida Jalisco Número

descarga

 El Sr. Mondragón no dormía mucho, así que se levantaba en las noches porque escuchaba ruidos, voces que murmuraban, o que gritaban desde la planta baja, en ocasiones bajaba a revisar, mirando solo sombras ocasionales por la casa, veía que alguien andaba por la estancia de la casa pero, por lo obscuro, no alcanzaba a distinguir quién era; con el tiempo, comenzó a decirle a su nieto que algo pasaba en su casa pero él no le atendía,  decía el joven Eduardo que eran cosas de la edad, que no se preocupara, que al ser la casa nueva, nada de eso era posible. En la mañana del día de navidad de ese año, el Sr. Don Eduardo Mondragón y Landeros, amaneció muerto en su cama, con una expresión de miedo en el rostro, la autopsia de la época dijo que fue de un ataque cardiaco.

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1995

Elizabeth y Jorge, días después de la venta de la casa, estando en su departamento, Elizabeth comenzó a hablar con Jorge de lo provechoso que podría ser su parte en lo que ambos querían para el futuro.

-Ves hijo, como el destino quiere que nos quedemos con la casa de México, con esto que tu padre te dará a ti, podremos, espero, completar el costo de la casa, o nos sería más fácil conseguir un crédito menor para ello.

-En cierta forma pensé lo mismo, mamá pero quiero invertirlo en mis estudios y terminar la carrera.

-Sí… te entiendo, aunque tu carrera está asegurada, por la beca que tienes, pero… no un hogar, además seria tu futuro y el de tu familia luego que te cases… y pues en el futuro, hasta para mis nietos puede ser, digo, solo estoy pensando, piénsalo amor, qué tanto te gustaría vivir ahí.

Ahora sí que… depende de ti…

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1940-41

En la casa de av. Álvaro Obregón 191, la familia Mondragón terminaba de alistarse para acostarse, dando las buenas noches a sus hijos se acostaron también para esperar el día siguiente, la mañana de navidad para que los niños Eduardo, Luis y la pequeña Bárbara Mondragón y Landero Betancourt, abrieran sus regalos traídos por san Nicolás. Ese 25 de diciembre.

Al llegar la señora Catalina, el ama de llaves, como todos los días a las siete de la mañana  para atender a la familia, le pareció raro que nadie anduviera en el patio, así que entrando por la reja se dirigió como siempre a la puerta de la cocina, no viendo movimiento en la casa, se puso a hacer el desayuno en el entendido que se durmieron tarde y aún no se habrían levantado, terminado éste, se dirigió hacia las recamaras de la familia llegando a la de los señores, tocó y al no recibir respuesta entró despacio, encontrando a los señores. en su cama, decidió no molestarlos, por lo que cerrando la puerta, se dirigió a la recámara de Bárbara, encontrándola dormida en su cama, acudió a despertarla llamándole por su nombre y esperando la respuesta de siempre: un pequeño grito y el salto de la niña abrazándole, pero al no ser así, se sentó en su cama y cuando la movió para despertarla, la sintió fría, por lo que tocándole la cara se dio cuenta que la niña estaba muerta; con pánico corrió a la recamara de los Sres. donde entró llorando y con lágrimas en los ojos, desesperada les comenzó a gritar pero al no recibir respuesta, llamándoles se pegó a la cama para moverles, dando un grito de dolor al descubrir que ellos también estaban muertos; corrió a la recámara de los pequeños Eduardo y Luis, teniendo el mismo resultado, desesperada por encontrar la familia muerta en sus camas, corrió al pasillo donde tomando el teléfono, marcó a la policía.

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1995-96

Guadalajara, Elizabeth después de la firma definitiva de su divorcio y estando en su departamento, recordó las palabras del agente, por lo que buscando en su bolso, sacó la tarjeta que le dio el agente de la casa y yendo a la sala, llamó a la agencia de bienes raíces para ver lo que le había conseguido con el dueño de la casa y se alegro al recibir por  respuesta que el dueño  quería tener una reunión con ella para negociar el precio, y ajustando los tiempos para después de las fiestas decembrinas, pasado el año nuevo; quedaron para el día 4 de enero, a las 12 del mediodía en la propia casa.

Dio la noticia a Jorge, esperaron las fiestas y antes de año nuevo ya tenían todo arreglado para salir hacia México el día 2 de enero y esta vez, se hospedaron con Norma, la hermana de Elizabeth.

Por la tarde del día 2 ya se encontraban en la casa de su hermana, donde esperarían el día de la reunión y antes de acostarse Elizabeth le preguntó a Jorge:

-¿Has pensado lo de la casa?, es necesario que estemos de acuerdo para cuando veamos a este señor, saber qué responder y con cuánto contamos…

Jorge, viéndole le respondió: -Si lo pensé y mucho estos días, acepto mama, quiero tanto como tú, vivir ahí, no sé porque… no lo entiendo… pero quiero vivir ahí…

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1941

Después de dos semanas, el dictamen de la policía fue que no había una explicación lógica a estas muertes, ya que al no mostrar rastros de violencia de ninguna especie, se ordenó una autopsia a todos los cuerpos,y desconcertado el médico que hizo éstas sólo acertó a poner en los papeles de defunción: “causas desconocidas”, a lo que fue llamado por el regente de la ciudad, el Lic. José Rojo Gómez, quien era amigo de la familia Mondragón, a quien le explicó que al no haber rastros de daño físico en los cuerpos, hizo pruebas toxicológicas y estaban limpios, y las pruebas de venenos tampoco arrojaron resultados, por eso al no tener datos concluyentes, el caso entró en causas desconocidas…

-Es decir señor, las autopsias de los cinco cuerpos no arrojaron resultados de ninguna especie, no hubo fallos orgánicos, ni materiales ajenos al cuerpo, así que sin causa aparente los dicté como muertes no concluyentes o misteriosas- Fueron las palabras que usó el forense ante el regente de la ciudad.

Del mismo modo, al no haber más herederos de la familia, tanto la casa como los objetos de la familia fueron requisados por el gobierno de la ciudad, por lo que la casa se mantuvo sola por varios años, en espera de que apareciese un familiar que no llego en ese tiempo.

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1996

Cd. De México, enero 4, cerca de las doce, tanto Elizabeth, como Jorge se habían vestido para la ocasión, conocerían en persona al dueño de la casa y si tenían suerte, podrían conseguir el ajuste al costo de la casa; llegaron al domicilio y vieron que ya se encontraba el agente en la puerta esperándolos y al verlos, con su mejor sonrisa los invitó a pasar, llevándolos hasta la mitad de la estancia de la planta baja, desde donde se apreciaban muchos detalles de la misma y donde se había colocado una mesa, con una botella de vino así como dos copas y algunos folders con documentación.

Vieron al propietario de la casa; quien parado de espaldas hablaba por su teléfono celular en francés,  ellos pensaron que ocuparían un traductor.

Cuando llegaron frente a la mesa, el señor, colgando, volteó hacia ellos, viendo ella por fin al dueño de la casa de Álvaro Obregón 191 y se quedó un momento observándolo, era un hombre mayor, de barba bien cuidada, de unos 70 años, complexión media y que usaba bordón, su vestimenta era de traje casual en color arena, y esbozando una sonrisa al verles, tomó la mano de Elizabeth y agachándose un poco procedió a besarla y después extendiendo su mano hacia Jorge le dio un apretón de mano que Jorge no pensó que tuviese esa fuerza. Después señalando las sillas invitándolos a sentarse, volteo con el agente y le dijo:

-Retírese, cuando le llame vuelva, vaya a tomar algo tardaremos un rato en esto.

El agente, viendo a los tres sólo dijo -sí señor, estaré cerca llame cualquier cosa que requiera- haciendo un ademán con la mano, el señor lo despidió  esperando a que se retirara de la casa.

-Bien… en primera, quiero disculparme con ustedes por esto- dijo el hombre, mientras encendía un cigarrillo y servía el vino en las copas, después levantándose de nuevo dijo:

-Lo segundo, (mientras esbozaba una sonrisa y clavaba su mirada profunda, en los ojos de Elizabeth), mi nombre es Damián Mondragón y Landero García- mientras hacia una reverencia -mi Bisabuelo… mando construir esta casa… como regalo a mi padre, los vitrales y algunas otras cosas fueron traídas de Francia por él, ha sido usada poco tiempo, hasta la muerte de mi padre.  Tiene casi un siglo de construida, buenos cimientos y nunca ha salido de la familia, pero la verdad  no me interesa conservarla, por eso la he puesto en venta, tengo casi siete años que he querido venderla. Pero antes de seguir, dígame algo señora ¿por qué habría de vendérsela si no ajusta el precio?

-No lo sé, sólo sé que desde el momento que vimos la casa, pensamos en tenerla y quiero, si es posible, lograr un acuerdo entre ambos, que esto sea para el futuro de mi hijo – dijo mientras pasaba el brazo por los hombros de Jorge y sonreía al Sr. Damián quien sin quitarle la mirada a ambos y dando una bocanada a su cigarro, recargándose en la mesa, les dijo:

-Puedo mantener esta casa, sin necesidad de habitarla, ¿por qué habría de vendérsela a ustedes? ¡no me ha respondido!

Elizabeth, (un tanto desconcertada) le respondió – ¿a qué esa pregunta? si no quisiera venderla, no estaría usted aquí, ni nosotros… así que dígame usted, por qué estamos aquí y terminemos con esto pronto…

Sonriendo, Damián dijo  -Escuche Señora, hay algo que me dijo el señor Luna, por eso es que estamos aquí, que usted (mientras le señalaba con el dedo) mostró la pasión y  el deseo que nadie mostró hacia la casa, así que dígame ¿por qué habría de vendérsela?

-Porque es la casa de mis sueños, y la de mi madre; en cuanto la vimos, sin saber que se estaba vendiendo quedamos enamorados de ella, y nos vimos viviendo en ella… – dijo Jorge, quien sorprendió a ambos.

Volteando hacia Jorge ambos, dijo Damián señalándolo con el dedo mientras se levantaba de la silla:

-Exacto joven, eso es lo que nos tiene aquí, así que dígame Señora, me dice que no completa el precio, y la verdad no deseo, pero quiero hacerlo, tengo que salir del país por un tiempo y el dinero me servirá, así que hagamos números señora y si me convence… tenemos un trato; hijo, ve a curiosear en la casa mientras tu madre y yo hacemos negocios…

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1968

Eran las 11 de la noche de ese 30 de septiembre, después de los desalojos de Ciudad Universitaria, los halcones habían estado en persecución de líderes del movimiento, y dos de ellos que habían logrado escapar en una motocicleta, por la Av. Insurgentes hacia el norte, llegaron hasta la colonia Roma y descomponiéndose su motocicleta a la altura de la calle Chihuahua, dejaron la moto y corrieron metiéndose en la casa que se encontraba sola en Álvaro Obregón e Insurgentes, pero fueron vistos entrando por un halcón y estos fueron detrás de ellos, encontrando a uno en el sótano, donde fue asesinado de cuatro balazos y el segundo alcanzó a esconderse en el ático, donde al ser descubierto, murió al grito de “viva la libertad… viva la universidad”… ambos estudiantes fueron asesinados por los halcones del gobierno.

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1996

Después de conseguir el crédito para completar y comprar la casa de Álvaro Obregón N° 191, “la casa de sus sueños”, según las palabras de ambos, Elizabeth y Jorge no pensaron que pronto se convertiría en la casa de sus pesadillas…

Habían pasado ya casi seis meses de la compra de la casa, ya se encontraban instalados y tanto Elizabeth, como Jorge se encontraban felices y disfrutando tanto de su casa, que hasta en varias ocasiones habían invitado a Pedro Pablo a convivir con ellos, así como a que les ayudara a acomodar sus cosas la casa cuando la compraron…

Durante ese tiempo habían sucedido algunas cosas extrañas, pero como por su educación, no creían en cosas paranormales,  ellos no le daban  importancia; cuando Elizabeth, trabajaba en el ático de repente las cosas se movían de lugar teniéndolas que buscar, molestándose a veces con ella misma por no recordar donde las dejaba.

En una tarde estando sentada en el ático frente a la ventana, viendo hacia la calle y meditando sobre lo buena que se había vuelto su vida en ese año, de pronto escuchó un sonido fuerte como de disparo y un grito detrás de ella que la hizo saltar de su asiento y tirarse al piso del susto, volteando a todos lados, viendo que no había nadie con ella, llamó a Jorge que se encontraba en la sala viendo televisión, acudiendo él al llamado de ella subió y  después de que Elizabeth le contó, le dijo que él no había escuchado nada y buscaron una respuesta… en ese momento paso un camión que hizo un ruido con el escape que se escuchó igual al sonido que ella dijo, convenciéndola que había sido eso lo que oyó y que no pasaba nada.

En otras ocasiones, Jorge escuchaba que le llamaban de arriba y pensando que era Elizabeth, acudía, viendo que ella no le llamaba, una vez, estando en su cama, se despertó el escuchar que alguien hablaba, levantándose, revisó el lugar completo, no encontrando nada, subió al sanitario aprovechando la levantada; al pasar por la estancia vio como una sombra se movió de la sala hacia la puerta de la cocina, al verla sólo sonrió y pensó, “maldito sueño”, siguiendo sin darle más importancia.

Jorge había ingresado a la universidad y periódicamente hacia reuniones de compañeros en el sótano que era donde él vivía, en una ocasión Jorge invitó a varios compañeros a una cena y convivio un sábado, uno de ellos propuso jugar el llamado juego de la copa:

-Vamos, hagámoslo, total sólo es un juego y este lugar está ni mandado hacer para ello, el sótano de una casa de más de cien años, o acaso Jorgito tiene miedo?

Jorge Riendo, volteó y viéndole a los ojos dijo:
-Hagámoslo, no creo en nada de eso, así que traigamos a tus fantasmas, y veamos que trucos pueden hacer, por cierto, la casa solo tiene 74 años, no más de cien…

Después de reír todos, prepararon las cosas para hacer el juego, siendo quien lo propuso el primero en hacer el intento con la copa, no teniendo resultados ninguno con cada intento hecho; Jorge sólo miraba al principio y sólo cuando Jorge comenzó a querer jugar riéndose de la situación, la copa se movió y formó la palabra “váyanse” y todos rieron, en la creencia de que era él quien lo movía, sin más Jorge se enojó y comenzó a decir que era una porquería eso…

-Sí, tú; que dices que eres tan fuerte, preséntate ante mi… no me puedes correr de mi casa.  Así que el que se va eres tú, ésta, es, mi, casa.

Agarró la copa y volteándola, tiró los papeles con las letras que habían hecho; de pronto comenzaron a parpadear las luces del sótano y se sintió una ligera corriente de aire frío, después de discutir por la situación, dejaron el juego y luego de un par de horas los invitados se fueron de la casa y Jorge se acostó.

Por la madrugada se despertó al escuchar un ruido en uno de los rincones del sótano, y prendiendo la luz, vio fugazmente una sombra que no diferenció, pensando que estaba dormido aún, no le dio importancia, pero escuchando un golpe seco que venía de la cocina se levantó, pensando que a su mamá le había pasado algo, acudiendo a la planta baja viendo que Elizabeth también venia bajando las escaleras.

Cuando Jorge pasaba por la estancia rumbo a la cocina, de pronto cayó de frente, a lo que Elizabeth, apurando el paso para bajar las escaleras le preguntó si se encontraba bien; Jorge levantándose rápido le dijo

– Me han aventado.

Cuando Elizabeth se encontraba con él revisándolo que estuviera bien, ambos escucharon que alguien corría en el primer piso, por lo que volteando vieron a la niña, que ella veía en la ventana, corriendo por el paso de la planta alta,  ambos, extrañados, viéndose, acudieron a donde se metió la niña, que era el cuarto de visitas, no encontrando a nadie.

En ese momento escucharon un grito que provenía de el ático, girando para salir, la puerta del cuarto se azotó cerrándose sola delante de ellos, quedándose ambos sin habla, Jorge abrazó a Elizabeth, mientras las cosas comenzaban a moverse como si estuviera temblando,  a la vez que todo se revolvió en el cuarto, cayéndose las cosas que tenían en los muebles, se escuchó un estruendo de cosas cayendo de gran altura como si la casa se cayera en pedazos y un grito ahogado que se acalló con un golpe seco.

A la vez que Elizabeth era empujada hacia la cama, a Jorge lo jalaron azotándolo contra la pared a un lado de la puerta y se escuchaban varias voces en el lugar, una figura incorpórea se presento ante ellos gritando:

-Váyanse… váyanse… es mi casa…

Deteniéndose todo así como comenzó, de súbito;  Jorge se movió para revisar a su madre, viendo que se encontraba bien, tomándole del brazo salieron del cuarto parándose de pronto en el paso del primer piso, viendo que todas las cosas y muebles de la casa se encontraban revueltas o tiradas, como si hubiese habido un terremoto; Jorge vio en la puerta de la cocina a un niño quien les miraba y riendo se metió en la cocina y le dijo a Elizabeth:
-Espera aquí, tengo que ver quien es antes que se vaya ese niño – y corriendo escaleras abajo, entro a la cocina que se encontraba igual que el resto de la casa todo revuelto y tirado, el refrigerador abierto y los alimentos en el suelo regados, volvió con Elizabeth, quien ya estaba abajo, a los pies de la escalera, con lagrimas en los ojos, preguntando:

-¿Que está pasando? ¿Por qué pasa esto?  – Él, viéndole dijo:

-No sé, pero no pasaremos la noche aquí, mañana vendremos a arreglar esto… tomando el teléfono llamó a su tía Norma que vivía a dos cuadras y  le pidió que los recogiera, para pasar la noche allá.

Ya en la casa de sus familiares, Jorge con más dudas que miedo, decidió regresar a la casa esa madrugada y comenzar a levantar las cosas así como ver qué era lo que pasaba, volviendo a la casa esa misma noche, poco a poco levantó los muebles y las cosas que no se rompieron y limpió la cocina, terminando entrada la mañana sólo la planta baja, quedándose dormido en la sala.

Ya había pasado una semana en que Elizabeth no quiso volver a la casa, por fin Jorge le convenció de volver,  Elizabeth dijo que volvería sólo después de haber “bendecido la casa”, a pesar de no creer en esas cosas, por fin, después de llevar a un sacerdote, volvieron para habitarla de nuevo.

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Habían pasado varios meses del incidente y nada había vuelto a suceder, aparte de las cosas comunes como las que antes de ese día pasaban, no dándole importancia y volviendo a ser los mismos de antes.

La noche de navidad, decidieron que por ser la primera en su casa, lo pasarían ahí, así que invitaron a Pedro Pablo, los familiares de México y la novia de Jorge, Angélica, para compartir la cena de navidad y convivir en la casa.

Eran las 11 de la noche de ese día de noche buena, y la familia se encontraba en la sobremesa después de la cena de navidad; platicando y riendo en una convivencia esperando la medianoche, cuando en la mesa se movió una de las copas que se encontraban ahí, siendo algo casi imperceptible, por lo que no se dieron cuenta en ese momento, era la copa de Angélica, que al querer tomarla de nuevo captó que el vino se movía, pero no le dio más importancia.

Se pasaron del comedor a la sala para seguir platicando y casi dando las doce de la noche, Angélica que se encontraba sentada, frunciendo el seño, extrañada llamó a Jorge que se encontraba parado de frente a ella, mientras miraba al paso del primer piso y le preguntó:

-¿Quien es esa niña que está en la planta alta?,  Jorge poniéndose pálido, dio la vuelta y viendo la niña, subió a la carrera la escalera, extrañando a todos los reunidos; Pedro Pablo preguntó que pasaba, Angélica, viendo a Jorge sólo repitió lo mismo que a Jorge, Elizabeth perdiendo el color se sentó en el sillón, agarrándose la cabeza mientras dijo:

-¡No es posible!  ¡no de nuevo! – su hermana y cuñado corrieron a abrazarla.

De pronto, las puertas de toda la casa exceptuando la de entrada, comenzaron a abrirse y cerrarse azotándose, las luces comenzaron a parpadear y teniendo una subida de tensión se fundieron los focos de la sala mientras de nuevo comenzó a moverse todo en la casa,  como si de un temblor se tratara; las ventanas de la sala se abrieron de par en par mientras ellos asustados no sabían qué hacer.
Jorge, llegando a lo alto de la escalera, se frenó en el último  peldaño, porque de repente se vio ante el niño, que se apareció de la nada en lo alto, sorprendiendo y asustando a Jorge que parándose de pronto quiso dar un paso hacia atrás, resbalando y cayendo por la escalera.

Elizabeth gritó, mientras las ventanas de la casa se azotaban, quebrándose los vidrios de éstas.

Angélica fue jalada de su blusa saliendo disparada hacia el lado de la cocina, con tanta fuerza que se golpeó la cabeza hiriéndose con el marco de la puerta.

Pedro Pablo, sintiendo que le empujaban cayó cuan largo era en el piso, a la vez que se escuchaba como si rocas cayeran por una pendiente, y un grito desgarrador les penetro los oídos a todos, entre el grito, y gente que se quejaba y otros que hablaban sin entenderse que decían, se escucho una voz espectral decir:

-Maldito seas por siempre… –

 

Jorge, cayendo, llegó a la base de las escaleras, quedando desmayado.

Pedro Pablo que estaba tendido en el piso queriendo levantarse no pudo hacerlo.

Elizabeth corrió hacia Jorge pero un ser amorfo la frenó, cayendo al piso por la impresión de ver ese ser tan cerca de su cara.

Todo se detuvo tal como comenzó, quedando en el piso heridos tanto Angélica como Jorge.

Elizabeth corrió hacia su hijo revisándolo, viendo que tenía daños en el cuerpo por la caída y su hermana y su cuñado, corrieron a ver a  Angélica, Pedro Pablo quedo tirado en el piso de la sala…

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Tres días después… Jorge se encontraba en estado de coma en el hospital, las cervicales se le rompieron, los médicos dijeron que no volverá a caminar…

Norma y su esposo, se encontraban  también en el hospital, donde fue internada Elizabeth por trastorno mental: quedó sin reconocer a nadie, sólo llamando a Jorge…

Angélica sufrió una muerte por trauma craneal del golpe recibido en la esquina de la puerta de la cocina…

Pedro Pablo… Pedro Pablo, murió de manera misteriosa… no se encontró causa aparente de la muerte, el certificado indica muerte desconocida…

La casa de Álvaro Obregón N° 191, fue conocida como “La Casa Negra de la Roma” por su historial de muertes misteriosas, aún tiene el letrero de “Se Vende” y en sus ventanas, si pones atención, aún se ve ocasionalmente… a los niños Mondragón.

***

NOTA: AGRADEZCO A SILVIA EUGENIA RUIZ BACHILLER, QUIEN ME DIO LA IDEA ORIGINAL Y PRESENTÓ EL RETO DE HACER ESTO, FUE UN TRABAJO ARDUO PERO FRUCTÍFERO, QUE ESPERO LES HAYA GUSTADO, LAS FECHAS HISTORICAS, ASI COMO LOS HECHOS SON REALES, LIGERAMENTE ALTERADOS PARA EL DESARROLLO DE LA HISTORIA, LOS NOMBRES DE LOS PERSONAJES DE ELIZABETH, JORGE Y PEDRO PABLO FUERON CAMBIADOS PARA PROTEGER A LOS INOCENTES, SE ENCUENTRAN SIN DAÑO ALGUNO… HASTA EL MOMENTO… JEJEJEJE…

ESPERO QUE ESTE TRABAJO HECHO PARA TI, SILVIA, SEA DE TU COMPLETO AGRADO Y COMO LO ESPERABAS.

:icondanshaggy:

La Casa Negra de La Roma (La casa Mondragon)byDanshaggy

Mexicali, Baja California, octubre de 2016, Danshaggy © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller.

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© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Puedes copiar y publicar este artículo, siempre y cuando incluyas el enlace al artículo, no lo uses con fines comerciales, no lo modifiques, no quites el © ni este último párrafo que le sigue, enlaces incluidos.

Imágenes tomadas de internet y/o Pinterest.

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“LA CASA DE LAS CABALLERO”

“LA CASA DE LAS CABALLERO”

 Salvador Caballero y su esposa Petrita, ambos casi cincuentones, están en la sala de su casa contemplando embelesados a Margarita, su única hija de 5 años que está sentada en el suelo viendo un libro de cuentos. Margarita se levanta y va hacia sus padres, se recarga en las rodillas de Petrita y le dice:

 .

-Mamita, estoy muy aburrida.

 .

Los padres se miran y comentan:

 .

Tenemos que hacerlo.

.

.

Salvador y Petrita salen de la Agencia de Adopciones con una bebé. En el camino hacia su auto, mientras Petrita mira arrobada a su nueva bebé, como para justificar su acción, Salvador comenta:

.

-Amor, después de 7 años de casados y sólo nuestra adorada Margarita de 5 años, era justo adoptar otra bebé.

 .

-Sí, corazón, sobre todo porque yo ya no puedo tener bebés y no es justo que Margarita se la pase sola, sin una hermanita con quien jugar; entonces, la adopción era nuestra única salida, para que Margarita no esté sola.

.

-¿Y por fin por cuál nombre te decidiste? A mí me gusta más Ana.

 .

-Me decidí por Alicia y como soy la mamá…

 .

Salvador sólo ríe, porque siempre se hace lo que Petrita decide.

 .

Margarita a sus 5 años, ha sido más que consentida toda su vida, al fin hija única.

 .

Cuando sus padres llegan con Alicia, ella está en la sala viendo la TV.

 .

Al verlos llegar con la nueva bebé Margarita siente celos, porque va a dejar de ser la niñita consentida. Enfurruñada se sienta en el escalón de la puerta de la cocina. y se rehúsa a ir a ver a su hermanita.

.

7 años después

 .

Cuando Margarita tiene 12 años y Alicia 7,   Margarita maltrata mucho a su hermanita, cuando juegan en el patio (de vez en cuando se escucha el ruido de tráileres pasando por la calle), le pega, le jala las trenzas, la empuja, la corretea desde el patio hasta la sala y la maltrata todo lo que puede; cuando sus padres no están, la encierra en el clóset y le grita desde afuera:

.

-Estúpida niñita, aunque todos digan que eres más bonita que yo, son puras mentiras, te lo dicen porque te tienen lástima porque tú no eres hija de mis papás, sino hija de un chofer de tráiler.

 .

La pequeña Alicia llora mucho cuando su hermana la encierra en el clóset y le dice eso.

 .

Cuando sus padres salen a cenar, mientras Margarita ve la TV, Alicia, llorando, tiene que lavar los trastes, que sus papás dejan dicho que laven las dos antes de ver TV.

 .

Margarita siempre fastidia y hace llorar a Alicia y en una ocasión estando ellas en la calle jugando, pasan dos tráileres y Margarita le dice, gritando para que los vecinos la oigan:

 .

-Mira Alicia, uno de esos choferes es tu papá.

 .

Alicia se mete corriendo y llorando, a la casa. La pobre niña sufre mucho a causa de su hermana.

.

 

9 Años Después

.

Margarita tiene 21 años y Alicia 16.

 .

Hace poco que quedaron huérfanas y la situación ha empeorado para Alicia, que funge como sirvienta-esclava de su hermana.

.

Después de dos semanas de paz y tranquilidad para Alicia, Margarita llega a la casa con su flamante esposo, Carlos (30 años, atractivo y coqueto); regresan de su luna de miel, en jeans y camiseta y con mochilas y bolsas de dormir, cansados, pero felices, comentando que no hay mejor mes para viajar que octubre.

 .

Carlos toma a Margarita en sus brazos para atravesar el umbral de la sala, diciéndole:

 .

-Bueno mi vida, ahora ya no eres Margarita Caballero, sino Margarita Del Valle.

.

-Oh, no, no, no, cariño, ahora soy Margarita Caballero de Del Valle – dice Margarita besándolo en la boca.

 .

Ambos ríen, Carlos la coloca en el piso y ven a Alicia bajado por la escalera, los recibe muy seria y en cuanto los saluda, sube a su recámara, a pesar de que Margarita con el rostro transfigurado por una ira mal contenida, le ordena a gritos:

 .

-¡Alicia! ¡baja ahora mismo a preparar la cena! ¿no ves que llegamos cansados y hambrientos?

 .

Al ver que Alicia no baja, Margarita, ahora con una expresión de dulzura, le dice a Carlos acariciándole la mejilla.

 .

-No le hagas caso, Alicia siempre me ha tenido envidia porque yo sí era hija de mis papás y no adoptada, como ella.

.

Entran a la cocina y Margarita se pone un delantal con dibujos de Margaritas, abre el refrigerador para ver qué hay para cenar y comenta enojada,

 .

-Mugre Alicia, no se ha ocupado ni de comprar comida.

.

Con lo que encuentra empieza a preparar la cena, mientras, platica con Carlos, que está sentado en un banco, junto a la mesa de la cocina.

 .

-Mis padres fueron muy generosos con Alicia a pesar de que no era su hija y nos heredaron la casa a ambas por partes iguales.

 .

A Carlos no le hace gracia el comentario y Margarita, sin darse cuenta, prosigue y le advierte:

 .

-Vamos a tener que soportar la presencia de mi hermana, porque la casa es también suya; cuando murió mi mamá, sólo dos meses después que mi papá, tuvimos que alquilar el pequeño, frío y oscuro departamento de la parte de atrás de la casa a Patricia – voltea a verlo y le dice sonriendo, con un sartén en la mano -qué bueno, porque por ella te conocí.

 .

Sigue preparando la cena y explicando,

 .

-Tuvimos que hacerlo para poder solventar nuestros gastos, pero eso fue hace 6 meses y ahora ya no tendremos problemas, puesto que, en cuanto tú encuentres trabajo, contaremos con tu sueldo.

 .

(a Carlos le hace menos gracia este comentario), Margarita, inocente, continúa informándole:

 .

-Cuando nos casamos, cariño, llegué a un acuerdo con Alicia y a cambio de que yo estoy trayendo a una persona a vivir a la casa de ambas, Alicia se quedará con todo el dinero de la renta del departamento.

 .

(a Carlos le hace todavía menos gracia escuchar que la renta de ese departamento, la va a disfrutar Alicia al 100%).

 .

-Al fin que yo ya tengo un esposo que me mantenga, voltea, feliz, a ver a Carlos y éste le sonríe no muy convencido.

 .

Al día siguiente Margarita va al súper y Carlos está leyendo en la sala en el sillón individual. Alicia baja en camisón muy sexy, Carlos la mira apreciativamente y ella se le acerca muy provocativa, le quita el periódico y lo tira al suelo…

 .

Se escucha cerrar el zaguán y Alicia y Carlos se levantan del sofá apresuradamente arreglándose la ropa que conservaron puesta y poniéndose la que dejaron tirada en el suelo entre el sillón y el sofá, Llega a Margarita y los saluda, inocente, a Carlos con un beso apasionado, y preguntando a Alicia con una mirada hosca.

 .

-¿Ya lavaste los baños? – Alicia se da media vuelta y sube.

Patricia, la inquilina del departamentito, mujer desenfadada y sensual, va a visitar a Margarita (que está haciendo la comida).

 .

-Hola Margarita, ¿me invitas un café?

 .

-Claro Paty, siéntate mientras lo preparo.

 .

Ambas se sientan en la cocina a tomarse el café y Patricia da un sorbo y dice:

 .

-De verdad, que nunca me cansaré de repetirte que te envidio tu casa y tu amplia y asoleada cocina.

 .

-Pues mira, tu casa tendría más luz si le cambiaras esas tétricas cortinas negras.

 .

Patricia no se molesta en responder; entra Carlos, saluda a patricia y ésta lo mira, cuando Margarita no la ve, como si también le envidiara el marido, él la ignora.

Desde su obscuro departamento, Patricia espía a las dos hermanas y a Carlos, quien aún no ha buscado trabajo; están comiendo en la cocina. Mientras los observa, dibuja algo en un cuaderno, termina, sonríe malignamente y lo cierra.

 .

En otra ocasión, también tras su ventana, abre su cuaderno y observa dos dibujos: uno de Carlos y Margarita casándose y otro de Carlos haciendo el amor con Alicia en la cama de Margarita. Pasa las hojas y en una hoja en blanco dibuja la escalera de la casa de las Caballero y la punta de un árbol de navidad, con su estrella.

 

Llega la época de Navidad, Alicia está en la sala adornando el árbol de navidad junto al escalón que divide la sala del hall de la escalera, a su derecha, en la sala, y frente a ella, hay una chimenea encendida, arriba de la chimenea un reloj de pared marca las 1:50 am; un arco sobre el escalón divide la sala del hall y el arranque de la escalera, que también están a la derecha de donde Alicia arregla el árbol.

.

 .

Para colocar la estrella en la punta, sube el escalón del hall, luego baja, se instala de frente a la escalera y sigue adornando el árbol. Carlos entra tiritando por la puerta de la sala que está atrás de Alicia, se quita el abrigo, la bufanda y los guantes, comenta que es la noche más fría del año y, dirigiéndose hacia Alicia, le pregunta.

 .

-¿Por qué estás arreglando el árbol tan tarde?

 .

-No podía dormir y le quiero dar una sorpresa a Margarita, que ya está dormida.

 .

Carlos se coloca entre ella y el árbol, se ven a los ojos, ambos se excitan; Carlos se acerca más,

 .

-Preciosa, quítame el frío.

 .

La abraza y la besa apasionadamente en la boca, le quita el grueso suéter y sin dejar de besarla empieza a desabrocharle los botones del vestido, que se encuentran en la parte trasera del vestido.

 .

Carlos está de espaldas a las escalera; lleva tres botones desabrochados cuando Alicia, que está de frente a las mismas, ve a Margarita (en camisón de franela y envuelta en un chal) bajando. Alicia trata de separarse, pero Carlos no la suelta, porque no ha visto a su esposa, ella, al verlos abrazados y besándose se queda paralizada por unos segundos y después, dejando caer el chal, lanza una exclamación y termina de bajar la escalera corriendo y gritando insultos para Alicia.

 .

-¡Maldita seas! ¡mal nacida! ¡desgraciada!

.

Carlos, al verse descubierto, suelta a Alicia y baja la cabeza apenado.

 .

Margarita desgañitándose y llorando histérica, increpa a Alicia, acusándola por todo lo que le ha hecho.

 .

-¡Maldita!, no sólo me quitaste a mis padres, sino también me estás quitando a mi marido.

 .

Y la abofetea varias veces mientras le grita,

 .

-¡Sal de mi casa, maldita infeliz!, ¡lárgate! ¡fuera de mi casa!

.

El reloj marca las 2:00 am. Alicia llorando compungida, trata de tomar su suéter, pero Margarita lo avienta a la chimenea, Alicia, acercándose a la chimenea trata de sacarlo, pero ya se está quemando, entonces intenta subir por su ropa y un abrigo, pero Margarita colocándose en su camino, no le permite subir por sus cosas, ni siquiera por el abrigo, la sigue insultando a gritos, se acerca a ella y le jala el pelo, arrastrándola hasta más cerca de la chimenea.

 .

Ahora están junto a la chimenea, Alicia teme que la arroje a las llamas, entonces Alicia, que al principio se sentía apenada y estaba llorando de vergüenza, ante la reacción, los insultos y la amenaza de Margarita, recuerda en tropel cómo la trataba cuando eran niñas,

 .

Alicia recuerda cuando eran niñas y Margarita le jalaba las trenzas antes de encerrarla en el clóset y cómo le gritaba que era hija de un chofer, cómo la forzaba a hacer ella sola lo que debían hacer ambas, cómo la golpeaba y ya huérfanas, cómo la trataba como si fuera su esclava.

 .

Alicia se enfurece, deja salir todo el odio acumulado y en un arranque, gritándole,

 .

-¡Te odio, te odio, siempre te he odiado!

 .

Se estira, pues Margarita aún la tiene agarrada del pelo, toma el atizador de la chimenea y golpea a Margarita en la cabeza hiriéndola de muerte en la frente, Margarita cae, balbucea palabras ininteligibles y muere.  

 .

Carlos, que se había quedado quieto y muy atemorizado, se hinca junto a Margarita y trata de revivirla, la acaricia y habla con ella tratando de hacerla reaccionar.

.

Alicia, asustada por lo que acaba de hacer, se queda paralizada con el atizador en la mano, pero recupera el movimiento unos segundos después, lo avienta y sale corriendo despavorida de la casa, deja el zaguán abierto, atraviesa la calle, sin fijarse y es atropellada por un tráiler que venía a toda velocidad.

.

Desde la sala, donde contempla angustiado a su esposa muerta, Carlos escucha los frenos, un grito de mujer y el golpe

 .

Patricia, que espía desde su casa, escondiéndose tras una cortina negra, al oír el ruido sale a la calle corriendo y Carlos la oye gritar:

 .

-¡Está muerta!, ¡la atropelló aquel tráiler!

 .

.

Regresan del panteón, del entierro de ambas hermanas; en la sala, aún se ven los ocho cirios, 4 alrededor de cada uno de los lugares, ahora vacíos, adonde estuvieron colocados cada uno de los dos féretros. Patricia funge como anfitriona, atendiendo a la poca gente que regresó del panteón con Carlos.

 .

Gloria, la hermana de Carlos, va a la cocina, donde Patricia está lavando platos (usando el delantal de margaritas de Margarita).

 .

-Oye Patricia, te agradezco tu ayuda en estos momentos de pena y te pido que cuides a mi hermano, ahora que se ha quedado solo.

 .

Patricia acepta, sellando el trato con un abrazo y dejando correr unas lagrimitas.

 .

-Para eso son los amigos, no te preocupes, yo veré que esté bien atendido- le dice con cara de circunstancias y palmeándole suavemente el hombro.

 .

En la sala, lejos del patio donde está Carlos sentado mirándose los zapatos, hay cuatro vecinas chismosas, dos susurran que Carlos va a extrañar mucho a su esposa y otra, con segunda intención dice:

 .

Y más a su cuñada, ¿no creen? todas ríen y una le responde,

 .

-Qué mal pensada eres.

.

Regresa Gloria de la cocina, las ve enojada y apretando los labios, va hacia donde está su hermano y se despide.

 .

Las vecinas aprovechan y se despiden también. Patricia sale de la cocina, secándose las manos en el delantal y quitándoselo, para despedir a todas.

 .

Gloria, al tomar su bolsa del sillón donde la había dejado, tira el cuaderno de dibujo de patricia, que al caer se abre en el dibujo del árbol de navidad, pero ahora completo, con Alicia golpeando a Margarita en la cabeza con un objeto largo y delgado y el siguiente dibujo es de un enorme trailer, del que sólo se ve el frente, atropellando a Alicia.

 .

Patricia la ve y corre a arrebatarle el cuaderno, explicándole,

 .

-Acostumbro dibujar las cosas que me impactan- Gloria le devuelve el cuaderno, mueve la cabeza desaprobando y se despide.

 .

Al acomodar el cuaderno, Patricia mira con deleite su último dibujo: ella misma, en la sala de la casa de las Caballero, con los brazos abiertos y la cabeza echada hacia atrás, riendo feliz. Regresando a la realidad, se da cuenta de que ya todas se despidieron y se apresura a acompañarlas al zaguán.

 .

Cuando ya todas han salido, Patricia cierra la puerta detrás de la última vecina, sonríe para sí misma, voltea, ve a Carlos en el patio y corre a sus brazos, él exclama:

 .

-Al fin solos y tomándola en brazos, atraviesa con ella la puerta de la casa grande y Patricia, antes de cruzar el umbral lanza una mirada de desprecio hacia su departamento, mira hacia la fachada posterior de la casa de las Caballero y exclama:

 .

-¡Al fin mía! cerrando los ojos con deleite.

 .

Entran, se cierra la puerta…

*

.

Puebla de Zaragoza, 19 de agosto, 1996, © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller.

.

© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Puedes copiar y publicar este artículo, siempre y cuando incluyas el enlace al artículo, no lo uses con fines comerciales, no lo modifiques, no quites el © ni este último párrafo que le sigue, enlaces incluidos.

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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.

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«EL COLLAR ROBADO»

«EL COLLAR ROBADO»

 

«EL COLLAR ROBADO»

30 DE JUNIO DE 1520, MÉXICO TENOCHTITLAN.

 

Durante la conquista de la Gran Tenochtitlan, cuando los españoles huían, hecho histórico conocido como la «Noche Triste» (para los españoles), Pedro de Alvarado, uno de los más feroces capitanes de Cortés, efectuó un gran salto en uno de los puentes del camino a Tlacopan, el famoso salto de Alvarado en el ahora llamado Puente de Alvarado.

En ese salto, perdió casi todo lo que él llevaba del tesoro robado a Moctezuma, pero pudo salvar un collar de chalchihuites, como los aztecas llamaban al jade, pero también a las esmeraldas; este collar era de esmeraldas.

.

Como ladrón que roba a ladrón, tiene 100 años de perdón, Pedro no entregó el collar a Cortés para ser repartido entre el Rey, Cortés y los soldados.

 Ver:

https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2014/03/10/yo-ame-a-pedro-de-alvarado-2-a-precuela-hernan-cortes-y-la-noche-triste/

.

Después de la Conquista, ya instalados los españoles en la Nueva España, Alvarado se encaprichó con una joven indígena de Xochimilco, llamada Xóchitl, a la cual embarazó y ante la alternativa de casarse con una india, cumpliendo así como caballero con la mujer que amaba, o casarse por interés con una española que le conviniera, Pedro de Alvarado enfureció y golpeó a Xóchitl, gritándole los más soeces insultos.

 

-¡Maldita, hija de puta! ¿por qué carajos te embarazaste? ¡joder! – y así siguió haciendo gala de su léxico vulgar, mientras la golpeaba y pateaba en el vientre de tal manera que la hizo abortar, por lo que ella se regresó a Xochimilco con su familia y cuando estaba convaleciendo Pedro de Alvarado fue a pedirle perdón.

-¡Perdonadme!, ¡joder! Que no sabía lo que hacía, yo tengo planes de casarme bien, con una española de abolengo, no puedo casarme con vos, ni reconocer al chaval, por eso me enfurecí, pero, mirad, os traigo este regalito, algo que perteneció a tu Huey Tlatoani, Moctezuma II – dijo sacando de su alforja un hermoso collar de esmeraldas.

Y le ofreció el valioso collar de esmeraldas como ofrenda de paz. Ella no quería perdonarlo ni aceptar el collar,

-No Pedro, lo que hicisteis no tiene perdón, no quiero nada, nada suplirá a mi bebé no nacido.

Alvarado insistió y ella al fin accedió a ambas cosas.

 

Pedro se paró atrás de ella para ponerle el collar en el cuello; ambos contemplaron por unos segundos la imagen (vista de frente) en un espejo que Pedro le había regalado a Xóchitl; el pelo rojo de él en contraste con el negro de ella eran muy notorios, ambos lo captaron, sonrieron y ella volteó para mirarlo intensamente a los ojos, aunque él era un hombre violento perteneciente a los enemigos, ella lo amaba, no tenía remedio.

Pedro de Alvarado se despidió y regresó a la Ciudad de México, mientras Xóchitl se quedó en Xochimilco, pues aún estaba convaleciente del aborto.

Los chismes corrieron y la gente de Xochimilco se enteró de lo ocurrido y el Consejo de ancianos le requisó el collar a la joven, para enterrarlo en el fondo de una chinampa.

-Aquí estará seguro – comentó uno de los ancianos – junto a nuestros dioses que han sido enterrados aquí para esconderlos de los invasores.

El entierro se hizo en una ceremonia nocturna, con todo el pueblo como testigo, observando desde sus chalupas y trajineras y alumbrándose con antorchas.

Un indio joven se sumergió con el collar en la mano, salió a respirar y volvió a sumergirse, ante las exclamaciones de todo el pueblo que lo observaba y las lágrimas de Xóchitl por haber perdido su collar.

Al amanecer, las trajineras se retiraron lentamente, atrás de la chinampa donde fue enterrado el collar, podía contemplarse el paisaje inamovible de el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, los volcanes guardianes. 

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1996, CIUDAD DE MÉXICO.

Fiesta de jóvenes universitarios, en la que se conocieron Pedro Álvarez (pelo negro) y Flor Pérez (pelirroja) y se dio el flechazo [ellos no lo sabían, pero eran las mismas almas de Pedro de Alvarado y Xóchitl, pero cambiadas, Pedro era Flor y Xóchitl era Pedro]. Él estudiaba biología y le gustaba bucear, ella estudiaba arqueología y se especializaba en las joyas prehispánicas, sobre todo las aztecas; tenía obsesión por el Tesoro de Moctezuma y siempre vestía ropa folklórica.

Fueron novios durante un año y finalmente Pedro le pidió matrimonio, ella aceptó y, para festejar, fueron a Xochimilco a pasear.

En el mercado de artesanías -entre otras joyas-, vieron un collar de jade más o menos elaborado y a ella le brillaron los ojos.

-Mira amor, esas joyas son réplicas de joyas que los españoles robaron a los aztecas durante la conquista.

 

Pedro, muy galante, lo compró para obsequiárselo y se lo puso al cuello, ella volteó a verlo a los ojos con una mirada llena de amor.

-Gracias, mi vida, ¡es hermoso!

 

Luego fueron a recorrer los canales en trajinera. Durante el trayecto comieron sándwiches, envueltos en bolsas de plástico, que llevaba Pedro en una bolsa de yute, al darle los sándwiches a Flor, Pedro comenta,

-No creas que los hice yo, fue mi hermana, quien a veces va a mi casa a hacerme algo de comida y también, tan linda, hace la limpieza.

Flor rió – pues no cuentes conmigo para eso, no soy ama de casa – Pedro la mira serio, pero tratando de no dar importancia al comentario.

Siguieron paseando en la trajinera, se pusieron algo románticos y durante un beso apasionado, Pedro sin querer desabrochó el collar y éste cayó al agua (curiosamente en el mismo paraje y chinampa, donde el collar de Xóchitl fue enterrado, atrás, se contemplan los volcanes, Iztaccíhuatl yPopocatépetl ).

.

Como Pedro sabía bucear, la hizo de héroe y se lanzó al agua a recuperarlo. Tardó mucho tiempo, salió a respirar y se volvió a sumergir (exactamente igual que el indio que enterró el collar de Xóchitl).

 .

Flor estaba muy angustiada, como Pedro tardaba mucho, le pidió al lanchero que lo buscara y éste se lanzó al agua; poco tiempo después apareció, llevando a Pedro medio ahogado.

 .

Lo sacaron y Flor le dio respiración de boca a boca y aunque Pedro casi se recuperó, decidieron llevarlo al hospital. Cuando lo iban a meter al coche, Flor descubrió que Pedro tenía el puño derecho muy apretado, lo abrió y encontró un trozo de lodo con raíces y el extremo del collar aprisionado adentro del terrón; se lo quitó a Pedro y lo guardó en la bolsa de yute, en una bolsa de plástico donde habían estado los sándwiches.

Pedro ya estaba en su recámara, postrado en la cama, pálido y demacrado.

 .

-Mi amor, qué bueno que ya estás en tu casa, ya sólo es cuestión de que te recuperes.

 .

-Sí, nena, no hay nada como el hogar, dulce hogar.

 .

-Y mira que sólo pasaste una noche en el hospital, imagínate si hubieran sido más… no, mejor no te lo imagines, jajaja – le dijo Flor arreglándole las almohadas y cobijas.

 .

-Lo bueno es que mi hermanita no me falló y limpió la casa y me dejó comida preparada.

 .

-Sí, adoro a mi cuñadita.

 .

-¿Sabes, nena? tuve sueños extraños: una batalla, una huida, agua que lo rodeaba, pero no lograba recordar más.

 .

Se besan y él recuerda la causa de sus padecimientos.

 .

-¿Por cierto, siquiera valieron la pena mis sufrimientos? ¿recuperé tu collar?

 .

Flor casi se desmayó al recordar que lo puso en una bolsa de plástico con basura y fue a buscarla al bote de basura de la cocina; la bolsa estaba recién cambiada y vacía… corrió al patio del edificio, donde estaba el tambo en el que todos los vecinos colocaban sus bolsas con basura, sacó varias de diferente tamaño y color, hasta que reconoció una igual a la que vio en el bote de la cocina de Pedro. La abrió y sacó basura (sólo papeles y basura orgánica), pero casi al fondo estaba una bolsa de plástico con servilletas y un trozo de tierra, lo sacó y vio un extremo del collar, rápidamente devolvió todo lo demás al tambo y subió corriendo a enseñárselo a Pedro. Éste sonrió y ella fue al baño a lavar el collar, tiró grandes trozos del terrón a la basura y los remanentes de tierra los enjuagó en el lavabo.

 .

Cuando lo estaba secando, llegó Pedro. Flor lo extendió entre sus manos esperando la reacción de Pedro quien  quedó asombrado de la belleza del collar (el mismo que Alvarado le regaló a Xóchitl) y se dio cuenta de que no era el que se le cayó a Flor, se miran a los ojos y él toma el collar para ponérselo en el cuello (ella de frente al espejo sobre el lavabo, él a espaldas de ella), cuando terminó de abrochar el valioso collar de esmeraldas, levantan la vista al espejo del baño y ven reflejados a Pedro de Alvarado y Xóchitl, con los trajes de época y ella luciendo el collar…

 .

  1. Puebla de Zaragoza, Mayo de 1996, © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller.

 .

Cuento basado en la novela «Pedro y Xóchitl o (El Conquistador Conquistado), de Silvia E. Ruiz.

*

Ciudad de México, publicado 11 de septiembre de 2017, © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller.

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© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Puedes copiar y publicar este artículo, siempre y cuando incluyas el enlace al artículo, no lo uses con fines comerciales, no lo modifiques, no quites el © ni este último párrafo que le sigue, enlaces incluidos.

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5 DÍAS SIN RED, UN SISMO DE 8.2º Y MÁS DE MIL RÉPLICAS.

HOLA AMIGOS ¿ME EXTRAÑARON?

Yo sí los extrañé, estuve 5 días sin internet, al día siguiente de mi incomunicación hubo un sismo en mi país, México, de 8.2º (algunos dicen: 8.4º), el mayor desde que se llevan registros en México.

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Afortunadamente hubo menos tragedias que en el sismo de 8.1º del 19 de septiembre de 1985; quienes lo recordamos, sentimos pánico.

.

Mientras estuve «desenredada», me puse a ordenar mi archivo y me encontré con muchos cuentos sin terminar, a sí que me dedique a terminar algunos, otros ya casi están, ahora lo que tengo es mucho para publicar (también más de 100 poemas de Danshaggy y míos) y menos tiempo para hacerlo.

.

Afortunadamente son muchos los amigos que tengo, pero no sé cómo me voy a poner al día con ustedes, para leer lo que han suplicado en estos días, haré el intento, pero discúlpenme si no lo logro, al menos a partir de hoy voy a tratar de leerlos y visitarlos a todos.

.

Y mis publicaciones darán un giro, a temas que trataba hace años y que ahora están muy lejos de mis inclinaciones, pero los cuentos ahí están y vale la pena compartirlos, espero también les gusten.

.

Besos y abrazos de luz para todos.

.

Silvia

EULALIA (LA VISITANTE)

EULALIA (LA VISITANTE)

El siguiente cuento, fue creado en base a hechos reales, y fue creado en conjunto con  ©Daniel Alvarez Benitez. El texto  es parte real y parte ficción, queda a consideración del lector, creer o no…

EULALIA (LA VISITANTE)

Eulalia la visitante

 

Tenía ya días con ciertos problemas de salud, por lo que después de consultar con el médico, éste me envió de urgencia al hospital, a donde llegamos cerca del medio día.  Esperé unas 3 horas para pasar con un médico que me diagnosticara y me recibiera o no en el hospital y quien después de un chequeo minucioso, ordenó que me internaran por tener graves problemas en los pulmones…

No me agradan los hospitales y menos ése, ya que he escuchado de varias cosas que suceden ahí…

Después de que me admitió,  me pasaron a la sala de espera de Urgencias, (que se encontraba demasiado llena de gente), donde tuve que esperar con otras 5 pacientes (unas llegaban otras se iban) sentadas cada una en una silla de lo más incómoda, y donde al entrar le piden a uno que se desvista, quedando tan sólo con una batita de hospital y usando una sábana como chal, porque hacía mucho frío.

Todas estábamos  tratando de ponerle al mal tiempo buena cara, platicándonos nuestras dolencias y qué nos llevó ahí; unas horas después, cuando vimos que íbamos a esperar mucho, empezamos también a hacer bromas y tratar de hacer más leve la espera.  De las recién llegadas, unas se integraban, otras no, las más graves pasaban a Urgencias, porque nos iban acomodando en las camas según iban saliendo pacientes, pero eso sucedió sólo 4 veces en la noche y algunas tuvimos que pasar 20 horas ahí, esperando que se desocupara una…

En mi caso, por el problema que llevaba me pusieron suero, pero quien me colocó el catéter me lo puso mal así que me lastimaba el brazo.  Después  de haber pasado casi un día sólo en espera, me pasaron a la sala de urgencias (junto a otras 4), pero aún sin cama, tardaron más de 24 horas en asignarme una y tuve que esperar sentada en la consabida incómoda silla.

Una vez que me asignaron cama, me cambiaron el suero vía intravenosa, que le ponen a todos los que llegan, y ya me pusieron algo específico para mí y quedé en  un rincón de la sala, no muy visible, por lo que el tráfico de personas en donde me encontraba, no era mucho.

Tercera noche…

Esa madrugada, estando yo entre dormida y despierta, vi una enfermera a la que observé de reojo: facciones finas, algo más que de mediana edad, su piel me llamo la atención por lo pálido y apariencia sutil; y debo recalcar que lo que me hizo fijarme más en ella fueron sus ojos, de un color negro intenso; debido al medicamento mi cabeza no trabajaba bien del todo pero sí recuerdo perfectamente su visita: llegó, se paró al pie de mi cama, y viéndome fijamente, me preguntó cómo me encontraba, luego observó los registros médicos que estaban anotados en mi carpeta, se acercó a mí y mientras me revisaba el suero con medicamento que me habían puesto en la vena y que me lastimaba mucho, sin preguntar, suavemente cambió el catéter de vena, mientras miraba a los pacientes de las otras camas y recuerdo que me dijo:

-“Estarás bien”, “todavía no es tu turno”

Por lo que le pregunte: -“Por qué dice eso?”

Sin contestar mi pregunta, me dijo:

-“Tienes que comer”… “recuperarte”- con una voz que se me quedo grabada porque su tono era bajo, muy suave, era modulado y dulce. Entonces fue cuando la vi un poco mejor, su cabello me llamo la atención, ya que lo traía peinado en “chongo” y muy canoso, es raro ver actualmente a una mujer que tenga el cabello cano… y su piel se veía muy suave, y se sentía también muy leve, al tocarme sentí sus manos frías, pero lo adjudique en principio al suero que me estaban poniendo ya que lo sentía frio en las venas, cerré los ojos un par de minutos después que terminó de cambiar el catéter, y cuando los abrí ella ya no estaba ni junto a mi cama ni en la sala.

Por la mañana muy temprano, otra enfermera me preguntó quien me había cambado el catéter, ya que todos al hacer curaciones debían dejarlo registrado y había sido cambiado (¡vaya que sí!, ahora ya no me lastimaba) pero sin registro; le describí a la enfermera que me atendió en la madrugada, ya que no sabía su nombre (no se lo pedí) y ella y otra enfermera que llegó cuando la estaba describiendo, se miraron con cara de sorpresa y no dijeron nada, sólo se retiraron de inmediato, lo que me llamo la atención…

Ya estando en cama de Urgencias, finalmente me asignaron a Medicina Interna hasta 3 días después. Había cinco pacientes más en el cuarto, no más de 40 como de donde venía, al menos no estaré en un lugar abarrotado, como allá.

Sexta noche…

El día estuvo muy tranquilo, estuve un poco adormecida por los medicamentos, a las 9 de la noche, en la ronda normal, con mi hijo Mario presente, los doctores me dijeron de una intervención necesaria, un procedimiento quirúrgico para mejorar mi situación, que lleva sus peligros (incluso hasta la muerte), pero tendría que dar mi autorización, y no quería, por lo que les dije que necesitaba tiempo para pensarlo y hablarlo con mi hijo. Lo discutí un poco con él, que sí quería que lo hicieran, porque me veía muy mal y quería  que mejorara, pero a mí no me convencía, se despidió molesto, yo recé y me dormí.

Poco antes de las 10 de la noche, llegó una asistente de enfermera a checar mis signos vitales, como cada 3 horas pero como me ponían un medicamento para dormir un poco, por mi insomnio, apenas abrí los ojos, sin embargo sí la escuché decir:

-“Su catéter se está zafando otra vez –por alguna razón (dijo la enfermera que por el medicamento) la dichosa aguja no podía quedar y me molestaba, salvo cuando lo arreglaba la enfermera de la noche en Urgencias, pero por la mañana me lo volvían a cambiar lastimándome en el proceso – Que se lo arreglen en el próximo turno”.

Como a la 1 de la mañana -según mi cálculo por los rondines- me encontraba más dormida que despierta, y la vi de nuevo… la enfermera de Urgencias, aquí en Medicina Interna, al pie de mi cama, (pero viendo la que estaba a mi izquierda).

Volteó hacia mí y vi sus ojos obscuros entre la luz tenue que había en la habitación,  brillaban de manera especial, no sé explicarlo, pero a la vez que me daba miedo, me daban también confianza, así que traté de verla bien: peinada igual, y con su traje impecable, estatura media, un poco pasada de peso pero con movimientos ágiles, parecía que se deslizara en lugar de caminar.

Traté de encender la lámpara de la cabecera pero tomando mi mano suavemente, me dijo -“no, por favor”… así que no la encendí, y mientras ella me revisaba el goteo del suero y mi vena, sin verme apenas, me dijo que cambiaría el catéter que me estaba lastimando.  Le pregunté:

-“Cómo te llamas?”- ella manipulando las manos rápido, y volteando de reojo a verme, me dijo:

-“Eulalia”- y al terminar -“recuerda que tienes que comer, te recuperarás ya lo verás”- mientras me decía esto vi que observaba a las pacientes de las demás camas, pero como siempre, no la vi atender a nadie más, se dio la media vuelta, yo cerré los ojos y me quedé dormida.

En un rato más llegó la enfermera de turno, que venía a revisar y cambiar el catéter reportado por la anterior.  Me despertó al tomar mi mano y se quedó viéndola fijamente, me revisó la muñeca, donde me lo había puesto Eulalia, y volteando al ver que estaba despierta, me preguntó quien la había cambiado de lugar, y cuando le contesté que la enfermera Eulalia, con ojos de sorpresa dijo: -“gracias”- y salió rápidamente de la habitación sin más.

Sin entender, me quedé dormida hasta la mañana siguiente; ya en el desayuno, pensé que ¿cómo sabría la enfermera de noche, que seguía yo sin comer casi nada en el día? ¿Y además, siendo ella de Urgencias?

Más tarde llegó el médico y después de revisarme, me preguntó por la enfermera que me realizó la curación, por lo que le repetí lo que pasó la noche anterior; viéndome fijamente, el doctor me dijo que en el hospital no había ninguna Eulalia y que tal vez una enfermera me jugó una broma… pero lo importante era que lo que había hecho ella estaba muy bien.

Cuando Eulalia me arreglaba la aguja del suero, dejaba de molestarme por un tiempo, pero siempre por la mañana, cuando llegaba la enfermera de turno, al manipular los sueros y poner los medicamentos me la movía y lastimaba, hasta que Eulalia lo arreglaba en la madrugada.

El resto del día transcurrió con normalidad en compañía de mi hijo a quien no comenté nada sobre la enfermera, ya que teníamos otros asuntos más trascendentes que tratar, porque él ya no me quería ver tan mal como estaba y la única solución era aceptar la intervención quirúrgica, y yo no estaba de acuerdo, aunque me dijeran que tendría que quedarme en el hospital mínimo 2 meses si no me la hacían.

Para ver mi estado actual y tener más datos para tomar una decisión, me tomaron cinco muestras de sangre (5 piquetes más) para análisis y varias placas de rayos X, fue lo más importante de ese día y quedaba pendiente la decisión, que yo sospechaba que, al final, si empeoraba, ellos la tomarían y me llevarían al quirófano, aprobado por mí o no…

Séptima noche…

Me dieron mi medicamento y me quede dormida… por la madrugada entre mi sueño sentí que había alguien ahí, y abrí los ojos y era ella… Eulalia de nuevo, pero ella no llegaba a la carrera ni me curaba bruscamente, como las otras, ella sólo estaba ahí cuando abría yo los ojos y en cuanto la veía, se acercaba a revisarme y arreglar o cambiar el catéter y darme ánimos y consejos.

Entre sueños, le pregunté qué hacía una enfermera de Urgencias en el piso de Medicina Interna, o viceversa, y por qué me había atendido desde Urgencias, ya que eso era raro. Ella viéndome mientras me cambiaba de vena, me respondió con su voz suave y tenue:

-“Porque estoy ayudando en todos lados del hospital donde siento que me necesitan y hoy me toca aquí”- pero yo estaba muy adormilada para poder llegar a entender lo profundo de su respuesta, así que la dejé seguir haciendo lo que hacía sin hablar y al terminar agregó mientras me acariciaba el hombro:

-“Recuerda que la muerte no se contagia, las enfermedades sí, tú estarás bien, aún no es tu turno.” – mientras miraba a la paciente de la cama a mi izquierda, (noté que dibujó una sonrisa muy sutil, apenas perceptible) que había llegado en la noche, unas horas antes, pero curiosamente, a ella ni la revisó, de hecho, nunca la vi revisar a nadie más.

Por el tranquilizante que me ponían para dormir, no entendí (pero lo que me decía y lo que hacia se me quedaba grabado) y me dormí de nuevo.

Más tarde, mi vecina, la paciente de la izquierda empezó a toser, cada vez más fuerte (lo que me despertó) y se oía que se ahogaba.

Vino la enfermera de noche, llamó a un doctor, éste llamó a otro, le dieron reanimación, una enfermera se montó sobre la paciente para darle masaje al corazón, luego un médico, de pie a su lado izquierdo también le dio RCP.

Todas las pacientes del cuarto estábamos despiertas y angustiadas, atentas a lo que estaba sucediendo ahí

Trajeron muchos aparatos, como los que se ven en películas o la TV, entonces, la enfermera que operaba una de las máquina no encontraba algo en el carro y volteando a verme con cara de preocupada, solo me dijo: -“usted perdone” -mientras tiraba de los parches de electrodos que tenía yo en el pecho y con los que me monitoreaban, ajustando todo a la paciente en crisis.

Luego con el desfibrilador le dieron los choques varias veces pero no reaccionó…

Fue impresionante, sobre todo, porque después de muchos minutos, no pudieron salvarla y falleció.

Algo me hizo voltear y a través de los cristales de la ventana al pasillo vi a Eulalia que observaba la escena atentamente, aunque inexpresiva y entonces volteó a verme directamente y me hizo una señal con la mano, que guardara silencio y que yo interpreté como: “tranquila, tú estás bien”, voltee a la cama con los médicos y regresé la vista a la ventana sólo un segundo después, y ya no la vi.

Lo que más me impactaba era que la paciente que murio tenía lo mismo que yo, pero acababa de ingresar unas horas antes; en ese momento entró en mí la idea de cambiar de opinión y aceptar el procedimiento quirúrgico…

El resto de la madrugada y después que se llevaron el cuerpo, las demás pacientes ya no pudimos dormir, pero tampoco comentamos nada, sólo nos veíamos de cuando en cuando unas a otras y seguimos en silencio esa madrugada y toda la mañana. A todas nos afectó mucho ser testigos de una muerte así, (y diré que en la situaciónque estábamos nos caló profundo).

Al día siguiente el médico que me informó de la necesidad de la intervención vino por la respuesta, le pedí que permitiera que llegara mi hijo para volver a hablarlo con él y tomar ya la decisión.

Haciendo un gesto de aceptación, me dijo que me tomarían otra placa para ver el daño en mis pulmones y, poco después, asombrados los médicos (en grupo), vinieron y me informaron que el agua de mis pulmones se había reabsorbido (de un día para otro, ya que me estaban tomando placas todos los días), y que ya no necesitaban hacer el procedimiento que me habían dicho, aunque no tenían explicación lógica a esto, pero que ahí estaban: mis pulmones limpios.

¡Ufff! Qué salvada, porque, además, me habían vaticinado unos dos meses en el hospital, y quizá ese procedimiento tendrían que hacerlo de todos modos y en ambos pulmones, y ahora, de un día para otro, ¡ya no era necesario! Y había posibilidades de salir en un par de días.

De todos modos me quedé el fin de semana en observación, pero además de la “normal”, parece que estaba en otra clase de escrutinio, ya que había gente que no había visto nunca pasar por ahí, y que pasaba lentamente por el pasillo o se quedaban unos momentos por fuera de la habitación y me observaban y hacían discretas señas a mi persona mientras hablaban entre ellos.

Fue muy incómodo, ya que no entendía por qué.

En el tiempo en que estuve en el hospital, Mario (mi hijo) teniendo que efectuar tantos trámites llegó a hacer amistad con algunos empleados y enfermeras. Uno de los empleados, Pepe, estaba tomando un café cuando Mario fue por unos papeles y le invitó un café y mientras se lo tomaban le dijo:

-Suerte la de tu mamá.

Volteando a verlo con extrañeza, Mario le pregunto: -¿Por qué?

-Porque cuando Eulalia atiende a una habitación, siempre hay una muerte y una curación extraña y rápida. A tu mamá le tocó la curación, y la cama contigua a la de ella fue la paciente que falleció, ya se sabe en todo el hospital.

Mi hijo con cara de sorpresa, ya que él todavía desconocía lo sucedido,no supo qué contestar, y preguntó,

-“¿Quién es Eulalia?”, “¿y de qué curación hablas?, a mi madre la operarán”

Con una sonrisa el empleado le dio el papel que buscaba mi hijo mientras le decía,

-“¡Ya no!” – entonces Pepe, casi relamiéndose por lo que iba a contar dijo,

-Anoche llegó una paciente con el mismo problema que tu mamá, la pusieron en la cama contigua, unas horas después se puso grave, no pudieron salvarla y falleció.

En tanto que tu mamá necesitaba con urgencia que le hicieran un procedimiento quirúrgico para tratar de salvarle la vida, porque no se los dijeron, pero sí estaba muy grave. Resulta que en la radiografía de hoy, sus pulmones estaban bien, sanos y no habrá necesidad de hacerle nada…

En eso llegó una enfermera y se metió en la conversación.

-Pero lo que no sabes, Mario, es que Eulalia fue una enfermera que murió en servicio tratando de salvar un paciente que entró en paro cuando ella se encontraba sola en el ala de guardia, y aunque sí salvó al paciente, el esfuerzo hecho y su edad le provocaron un paro a ella, y desde entonces se aparece días antes de un fallecimiento y cuando comienza a atender una habitación, alguien se recupera ahí, (así como yo), y alguien de la misma habitación fallece… pero nunca sabemos a quién le va a tocar qué…

Pepe le arrebató la palabra,

-Como siguió a tu mamá desde Urgencias y estaba grave, todos pensábamos que ella seria quien fallecería, pero se nos fue una paciente recién ingresada ¡cosas de Eulalia!

Quedando sin palabras, mi hijo se acabó el café y fue a contarme esta plática y a preguntarme que había pasado.  Él ha sido escéptico, pero después de contarle lo que estuvo pasando en las noches anteriores, lo creyó, y parece que se ha vuelto más creyente de estos temas, y yo, beneficiaria de la extraña curación debida a Eulalia, también he reafirmado mi fe.

Décimo primer día

Hoy, casi repuesta a punto de salir y agradecida a quien quiera que haya intervenido en mi mejoría, agradezco a Eulalia su elección. No la volví a ver  en los días siguientes a ése, lo que no sé si agradecer o entristecerme  por no poder darle las gracias por su intervención.

Acabo de salir del hospital y son pasadas las seis de la tarde, voy despacio tomada del brazo de mi hijo Mario, y algo en el ambiente me hace voltear al hospital, específicamente a la puerta por donde acabamos de salir, y casi me caigo, porque en la puerta, frente a nosotros veo a Eulalia moviendo su mano en señal de despedida y casi puedo jurar que a su lado está mi vecina de cama… la paciente que murió el día de los hechos, Eulalia con una sonrisa y ella con cara de sufrimiento, tomadas de la mano… al recomponerme, le digo a mi hijo y volvemos a voltear pero ya no están… nos vamos de ahí, yo rezando por no regresar… JAMÁS.

leyenda-de-la-enfermera-del-hospital-

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© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, ©Daniel Alvarez Benitez
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