Viene de
https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2017/06/13/4-y-5-de-junio-2017-11-visita-espiritual-de-danny/
***
Anoche dejé muchos pendientes, porque se me hizo tarde y ya quería ver a Garmín, apagué la luz a la 1:30; sólo cerrar los ojos y él apareció junto a la escalera, se acercó cariñoso, como siempre, nos saludamos con un tierno beso, nos sentamos en el sofá mirándonos a los ojos y empezamos a platicar.
-Tenemos muchas pláticas pendientes ¿sobre qué quieres platicar, bebé?
-Pues sigamos con nuestras tonterías de cuando nos conocimos, ya no me acuerdo en qué nos quedamos.
-Creo que en que te escribía pensamientos, te mandaba música y no me respondías,
-Pues no, si no decías nada, en realidad, sabía que me estabas cortejando, pero la declaración o la pregunta, nunca surgían.
-¿Era necesario?
-Amor…
-Pregunta, no tonta, porque no las hay, pero sí fuera de lugar, lo reconozco.
-Así es, los otros pretendientes, más pronto o más tarde, pero siempre, acababan expresando sus intenciones: una relación romántica, yo los entretenía esperándote a ti y tú… ¡nada!
-Ya no me lo recuerdes, tan felices que hubiéramos sido desde unos meses antes, pero el hubiera no existe, no fue y ya.
-Así es ¿sabes que me siento muy satisfecha de cómo es nuestra relación ahora?
-¿La prefieres a la de antes?
-En algunos aspectos, sí, ahora pasas las noches conmigo, antes nunca nos vimos, ahora nos podemos decir sin ambages lo que sentimos, lo que sentíamos, pensábamos, nuestras reacciones, ahora podemos ser transparentes, sin temor a lo que el otro piense o vaya a hacer, ya sabemos que nos aceptamos como somos y no nos da miedo que el otro vaya a terminar al saber algo “escabroso”.
-La verdad es más cómodo, ojalá lo hubiéramos podido hacer antes, mientras estaba yo con vida, pero en esas circunstancias es algo casi imposible, quisiera que otros tomaran nuestra experiencia y fueran más abiertos y francos en su relación, hablar sin miedo y sin mentiras es lo mejor.
-Voy a insistir en un tema, amor: ¿Por qué cambiaste un año después de iniciado el romance? Si eras el hombre soñado para mí ¿qué pasó?
-Recuerdas que cuando terminaste con el anterior viniste a mí para que despejara tus dudas en cuanto a las actitudes masculinas?
-Sí, claro.
-Te dije que los hombres, cuando se sienten involucrados más allá de su control, cuando sentimos que “amamos demasiado”, nos echamos para atrás, es cuestión de miedo al compromiso, a perder la libertad, ya lo vimos anoche, casi al final de la plática.
-Sí, lo recuerdo.
-Bueno, pues desde el principio quise conocerte, saber cómo eras, qué querías y ser así para ti, lo logré por un año, pero me empecé a sentir incómodo, era demasiada miel, como te lo dije muchas veces, el sentimiento era el mismo, pero ya no quería seguirlo expresando de esa manera y tú lo tomaste a la tremenda, pensaste que ya no te quería.
-Que nunca me habías querido, que todo era mentira, cualquier mujer hubiera reaccionado igual.
-Pero mi pensamiento es que tú no eres cualquier mujer, pero bueno, hablando de cualquieras, otros hombres reaccionan huyendo, a veces sin despedirse, otras sí tienen los pantalones para decir “esto ya no funciona, adiós”, el caso es que se retiran totalmente de la relación, algunos regresan con la cola entre las patas, pero la mayoría pasan a “next”.
-Lo sé, pensé que en eso estabas.
-Te dije muchas veces que te quería igual, que te seguía amando, sólo que yo no soy así, y creo que nunca me entendiste, hasta que te propuse una solución de compromiso a la quinta vez que quisiste terminar (¡ah! ¡cómo te gustaba terminar!)
-Así es, amor, soy muy drástica.
-Hay que manejarte con pétalos de rosa, porque si no…
-¿Y no es como debe de ser?
-Sí, jajaja, así debe ser, y yo que soy tan “sutil” como una pedrada…
Retomando el tema, yo no quería zafarme, no quería irme ni terminar, sólo quería no sentirme tan involucrado contigo, finalmente cuando te propuse el plan de recuperación aceptaste, bajo protesta.
-Sí y funcionó dos meses. Por cierto esta última vez, pensé que me ibas a detener, pero te lo dije en un mal momento o ya no me querías igual y en lugar de eso, me propusiste una tercer alternativa: ser amigos y me colgaste, no te pude decir que eso no lo aceptaba.
-No quería que me lo dijeras, quería hablarlo después con las cabezas frías y, mira amor, tu ultimátum sí me lo dijiste en el peor momento que se te pudiera ocurrir, al menos quería seguir siendo tu amigo, igual, como otras veces podríamos volver a ser pareja, no podía ser de otro modo.
-Tú me forzaste, mi vida, cuando me retracté y te dije que mejor en otra ocasión hablábamos de eso, me dijiste que o te lo decía en ese momento o íbamos a discutir y acabar en pleito, y ve en lo que acabamos.
-Sí, pero todo pasa por algo. Imagínate si no hubiéramos terminado, todo bien, el sábado 13 me despido de ti diciéndote que el domingo te llamo en la noche y… ¡nada!, ¡nada de nada! Ni domingo, ni lunes, ni toda la semana ¿cómo te la hubieras pasado? Ericka estaba incomunicada ¿qué hubieras hecho? Te me pones mal de tanta angustia y/o coraje, estuvo mejor así, sólo pensabas que estaba yo demasiado enojado y por eso no te hablaba.
-Pensaba eso o que esta vez, sí ya lo habías dado por terminado y estaba enojada y triste, sin poder creer que no te comunicaras, sabía que
Sólo para mí:
(…)
Pero bueno, eso no es ahorita el tema. Yo pensaba que con la venta de los controles ya podrías traer saldo, pero ganas de llamarme no, y eso dolía, pero tienes razón, nunca tanto como la angustia de no saber de ti en tantos días, quizá hasta me hubiera lanzado a Mexicali.
-¿Serías capaz?
-Ahora ya no lo sabremos, pero no sería imposible, igual si me hubiera comunicado con Ericka y ella se hubiera enterado y contestado; al saber que estabas en coma, sí, seguro que me hubiera lanzado a verte, no sé cómo me hubieran recibido, pero hubiera ido.
-Yo tampoco sé cómo te hubieran recibido, pero bueno, no pasó nada de eso, la libraste, en ese sentido.
-Como que alguien allá arriba me cuida y me libra de momentos más terribles en situaciones como éstas. Lo mismo pasó con mi marido cuando falleció, cuando llegué a Puebla, él ya estaba en la funeraria y yo me había venido a México, porque él me lo pidió, pero eso es otra historia.
-Bueno, todo vino a cuento porque…
-Tu cambio en mayo de 2016, hace un año.
-Ah, sí, te decía que yo no quería retirarme totalmente, te amaba, amo y seguiré amando demasiado, sólo no quería que me tuvieras tan entregado a ti, y la verdad es que cambié en poco.
-Bueno… más o menos, porque dejaste de mandarme los mensajes de voz en las mañanas (que me hacían el día totalmente feliz), desde que empezaste con que el celular no servía, o mala señal, etc., sentí que algo raro había y luego lo demás, hasta que te enfrenté, tratando de arreglar las cosas y sólo logré que me dijeras que ya no ibas a ser igual, así que las empeoré.
Esta vez me pasó igual, sólo que lo empeoré tanto, que terminamos. Queriéndonos tanto.
-Sí, lo sé, malos entendidos bebé, pero ahora nos podemos explicar todo lo que no quedó claro, yo no lo necesito, pero sé que tú sí.
-Sí, amor, yo lo necesito, por ambas partes, también quiero explicarte mis actitudes y demás.
-Si antes te decía que no hacía falta, ahora menos, pero lo que te haga sentir bien.
Estábamos aún en el sofá, vestidos como en La Cita (El sueño de siempre), se acercó y me dio un beso que empezó tierno, y se volvió apasionado.
-Amor…
-Dime (¡ese tono…! que me derrite, con esa voz tan varonil, pero dulce, tierna, especial, no lo oigo, pero percibo su vibración).
-Me gustaría tener una fantasía, cambiar de vestuario, bailar valses en otro sitio…
-Tú dirás.
-¿Qué te parece el Palacio de Verano de Nicolás II de Rusia?
-¿Tsárskoye Seló?
–Sí y yo con un hermoso vestido blanco, largo, de gasa, muy amplio y vaporoso, y tú con uniforme de gala de oficial militar?
-Sus deseos son órdenes, mi hermosa dama.
De inmediato estábamos bailando valses en el Palacio de Verano de Nicolás II, una de mis más bellas fantasías.
Después de un buen rato, fuimos a una de las habitaciones, ¡qué lujo! Ahí me hizo el amor, empezó por abrazarme con ternura, me quitó el vestido, mientras yo desabrochaba su casaca, me desató la crinolina, cayó al piso y yo me salí de ella, empezó a desamarrar el corsé, pero estaba demasiado complicado, así que usando el poder de cambiar las cosas, me cambió la ropa interior a una del Siglo XXI, blanca, de encaje, muy pequeñita, se recostó en la mullida cama y me puso encima de él…
-Oye amor,
-Oigo.
SÓLO PARA MÍ.
(…)
***
Empecé a ver una letra “K” muy garigoleada como flotando del lado derecho, arriba. Pensé Kate, de inmediato pasé a “Karen”
-¿Cambiamos de tema, bebé?
-Bueno.
-Quiero pedirte un favor.
-Dime.
-Un mensaje para Ericka:
-A ver si lo capta, porque es medio cerradita.
-Jajaja, lo sé, pero es nuestro único contacto con mi familia.
-«Eso es lo que he estado diciendo«
-Ok, ok, tienes razón, pero lo hecho, hecho; bueno, el mensaje: Dile que Karen a veces se desespera mucho, pero no abre su mente para que me pueda comunicar con ella, que le diga que en su mesita de noche, abra el cajón (no recuerdo si dijo así o cajoncito) y hasta abajo va a encontrar una foto, que la va a hacer acordarse bonito de mi. Si la ve y abre su mente, podré contactarme con ella.
-Yo se lo digo con mucho gusto, falta ver si Ericka quiere decírselo, si lo acepta ella y se lo pasa, es tenerme mucha confianza para decirlo.
-Si no quiere decirle que fue por tu intermedio, que le diga que es por ella directamente ¿tienes problema con eso?
-No, aunque me gustaría ponerme en contacto con Karen, que me acepte, pero Ericka es una muralla.
-Entiéndela, quiere tener el control, no le gusta que tú sepas cosas que ella o mis hijos no saben, sí aceptó que eres mi pareja, pero nunca pensó que nos amamos a este grado, aunque algo vio.
-Ok, yo se lo paso, amor.
-Gracias, bebé.
Esta noche me dormí como a las 5, me desperté una hora después y estuve durmiendo intermitentemente, entre otras pláticas y situaciones hermosas y excitantes.
SÓLO PARA MÍ.
(…)
VIDA PASADA EN JAPÓN
En otro momento, hablando de vidas pasadas, le pregunté sobre la vida en Japón, cómo fue de su parte.
-Desde niño me educaron como Samurái, al servicio de mi señor, me enseñaron artes marciales, a usar la espada y todo el código de honor.
Regresé vencedor de una batalla, la primera, estaba aún en entrenamiento y me llevaron a la casa de las Geishas, pero sólo a mirar, aun no tenía derecho a tener a una geisha, porque aún estaba en adiestramiento.
-Sí, recuerdo mi regresión, pero con más detalles, a mí mi padre de esa vida (una de mis soul mates, de quien pensé que era mi alma gemela principal – mi twin flame, pero ésa eres tú) después de violarme a gusto desde que tenía yo 4 años, me llevó a vender a una casa de geishas, ahí estuve como sirvienta, hasta que empezó mi entrenamiento y ya estaba en la etapa de observar para aprender, cuando tú fuiste, yo, igual que tú, sólo podía ver.
-Yo te vi, jovencita, igual que yo y me enamoré, nos dijimos muchas cosas con la mirada, se terminó el tiempo, nos retiramos, pero yo tuve el firme propósito de volver y cuando regresamos de otra batalla, ya era yo samurái reconocido, fuimos a la misma casa, yo especialmente a buscarte y, sí, ahí estabas, ya siendo geisha. Te elegí a ti y pasamos unos momentos inolvidables, tú atendiéndome, yo adorándote sin decirlo. No era propio.
-Yo me emocioné mucho al verte y sobre todo porque me elegiste a mí, entre todas. Te estaban festejando por tu valor en batalla, pero quisiste ir a un privado, alejado de la fiesta general.
-Desde entonces te buscaba cuando estaba en la ciudad, al regreso de alguna batalla, a veces nos veíamos muy seguido. Me enamoré de ti, pero no podía ser tu mecenas, yo no era hombre rico, sólo un samurái.
-Yo también me enamoré de ti, ansiaba que vinieras a verme, a hablar, finalmente te animaste a pedirme que tuviéramos sexo, yo accedí (no podía elegir) encantada, contigo era maravilloso hacer el amor, porque eras muy tierno y a la vez apasionado.
-Era todo lo que podíamos hacer, yo guerrero, tu en esa casa, no podíamos tener una relación normal y tranquila, pero lo que tuvimos lo disfrutamos.
-Te fuiste a una de tantas batallas, pero meses después vino uno de tus hermanos de armas a avisarme que habías muerto en batalla, que los habían vencido y que no pudieron recuperar los cuerpos de los samuráis caídos en batalla, que te quedaste ahí, a merced de carroñeros y/o del enemigo. Yo me desmayé al escucharlo y ya no me recuperé, dejé de comer y de dormir, entré en depresión y te seguí pocos meses después.
-Eso es algo que no vas a hacer ahora, no te vas a deprimir, por eso te pido todos los días que te cuides, que comas, que duermas, por eso vengo a verte, a estar contigo, quiero que tengas una buena calidad de vida mientras puedes reunirte conmigo.
-Sí, amor y por ti lo hago ¿por qué siempre nos pasan estas cosas?
-¿Quizá para probar lo grande de nuestro amor o para aumentarlo?
-No sé, pero ya nos toca ser felices juntos y amándonos, saludables y en abundancia, para la próxima vida, en un lugar sin guerras ni miseria, ni malos…
-Pues será en Intervidas, mamita, porque en la Tierra, lo dudo.
-Bueno “pide y se te dará” yo pido, ya quiero tenerte sin tantos obstáculos.
-Sí, amor, yo también, quiero estar en ti…
-Yo también quiero que te metas en mí.
-Creo que no me expliqué, quiero estar totalmente dentro de ti, de tu cuerpo todo, toda mi energía dentro de ti, mezclada con la tuya.
-No te entiendo bien.
-Quiero poseerte, en energía, en toda la extensión de la palabra, no sólo mi miembro en una pequeña parte de ti, quiero mezclar nuestras energías, dentro de tu cuerpo como receptáculo, que estén unidas, imbricadas, fusionadas, en una sola, como una vez te dije: 1+1=1, ser uno contigo, entregarte toda mi energía ¿quieres?
-Sí, si quiero, pero ¿se puede?
-Mi vibración es más alta, hay más cantidad de energía, quizá al entrar te sea incómodo, pero sí, se puede. Así estaría yo siempre en ti,
-¿Pero no te vas a ir?, ¿voy a seguirte viendo así como ahora, todas las noches?
-Sí amor, yo seguiré viniendo a estar contigo externamente, otra parte de mí sigue en los Archivos Akáshicos y mi energía, mi luz estaría mezclada con la tuya, dentro de tu cuerpo ¿aceptas?
-Pues cuando quieras.